Hellblazer: Hábitos Peligrosos

Hellblazer – Hábitos Peligrosos: Pros y contras

Hellblazer: Hábitos Peligrosos«Pero, incluso ahora que sé la verdad, parece increíble«

 

Cada vez que llega un nuevo volumen de DC Pocket a la redacción e investigamos un poco las reacciones de la gente alrededor de su publicación nos encontramos con dos polos opuestos: los que quemarían cada ejemplar de este rincón de la editorial ECC y quienes defienden a muerte cada uno de estos tomitos que, a día de hoy, siguen costando algo menos de diez euros (nada mal para como está el patio). Todos tienen parte de razón (bueno, es un poco discutible), ya que como contrapeso a su buen precio, estos tomitos son eso: tomitos. Son versiones muy reducidas de los cómics originales, sin extras ni nada que no sea la historia que toca en cada álbum y con un tamaño de página que, a veces, hace muy poca justicia a la gran obra que se está publicando en este formato.

 

Pero frente a ello, que es verdad, está la incuestionable realidad de nuestros bolsillos. El precio de estas ediciones es un auténtico anzuelo para nuevos lectores. Porque un chaval que jamás haya leído nada de Hellblazer no se va a dejar treinta o cuarenta pavos en una edición deluxe de cualquiera de las etapas del mago inglés más macarra de todos los tiempos, pero sí que está dispuesto a palmar diez eurillos para ver si de verdad es tan guay este tipo como le han contado sus colegas. Y, claro, una vez te has leído una cosa tan magnífica como Hábitos Peligrosos en este formato, quizás te entre el gusanillo de conservarlo en otro más ‘top’ para que luzca en tu librería (y doble ganancia para la editorial, que no es tonta). Además, me resulta hasta risible que en una época en la que mucha chavalería está dispuesta a dejarse los ojos en un escaneo más o menos decente (e ilegal) de su cómic favorito, parte de esta gente se dedique a echar pestes sobre una edición que busca hacer los cómics más accesibles para todos los bolsillos (y sí, ahí hay un juego de palabras con Pocket).

 

«Son escoria y deberían agradecerme que me mee en ellos«

 

Hábitos Peligrosos es una etapa tan poderosa para John Constantine que me costó procesar que nunca la hubiéramos reseñado en La Noche Americana. Garth Ennis somete al bueno de John a la prueba más dura de toda su carrera: el cáncer. Siempre hemos visto a Constantine con un cigarro en la mano (bueno, puede que en las últimas y algo más edulcoradas versiones de DC ya no) y, al igual que ocurre con otros muchos personajes en los que este cilindro de nicotina, alquitrán y hojas secas es parte de su imagen (el James Bond de hace años, Sanji en One Piece…) siempre imaginamos que si alguna vez morían lo harían en una épica batalla contra alguno de sus enemigos habituales. Sin embargo, la realidad, tan anodina como pueda parecer, siempre tiene la última palabra y ésta cae como un mazazo sobre los hombros de este delgado y malhablado hechicero británico.

 

Hellblazer: Hábitos Peligrosos

Hellblazer: Hábitos Peligrosos

 

La enfermedad a la vez humaniza y lleva al límite a Constantine, que pudiera parecer que ya no tiene nada que perder, pero para quien la muerte puede ser mucho peor que la tortura en vida por la cantidad de demonios que esperan su fallecimiento para ajustar cuentas por las muchas veces que los ha utilizado, engañado y herido a lo largo de sus muchas aventuras. Hábitos Peligrosos se convierte, pues, en una brutal puerta de entrada al universo del personaje. Una carta de presentación tan potente que ha tenido eco hasta en la versión imagen real que encarnó el simpático de Keanu Reeves allá por 2005. Normal que ECC haya decidido incluirla en DC Pocket y normal que muchos nuevos lectores hayan flipado con la joya que se han encontrado por unos míseros diez eurillos.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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