Chappie

Chappie: Almas de metal

El creador de Distrito 9 y Elysium sigue empeñado en llevar la ciencia ficción un paso más allá y si en anteriores ocasiones aprovechó el medio para condenar el racismo y denunciar el injusto reparto de las riquezas, en esta ocasión se nos vuelve un tanto más metafísico y nos ofrece una maravillosa reflexión acerca del alma humana, de la relación entre el hombre y su creador y de aquellos detalles que nos hacen ser distintos de los animales.

 

A su lado esta vez ha contado con los talentos de pesos pesados como Sigourney Weaver (en un papel muy discreto), Hugh Jackman, haciendo las veces de un villano al que cuesta bien poco trasladar a nuestra vida cotidiana (por escalofriante que parezca) y al fijo en las obras de Blomkamp Sharlto Copley, que, en su alternancia entre héroe y villano, esta vez se limitar a ceder la voz al entrañable robot que protagoniza el filme.

 

Chappie

Chappie

 

El personaje de Chappie, mezcla actualizada de Cortocircuito y los T-1000 de Terminator, se lleva el peso de la trama. Como en anteriores ocasiones, las explosiones, las carreras y parte del drama son los artificios con los que Blomkamp se cuela en la cartelera, pero los dilemas que atormentan a la recién nacida alma del robot son la principal razón del filme y el motivo de algunas de las escenas más interesantes del metraje. Cuestiones como el de dónde venimos y a dónde vamos, el sentido de la moralidad, de nuestros límites y de la vida y la muerte se analizan bajo la lupa del director sudafricano.

 

Este segundo nivel bajo la superficie es el que hace de las películas de Blomkamp algo único dentro del cine de género. Todas ellas, hasta el momento, han podido disfrutarse como entretenimiento palomitero, pero la reflexión y la denuncia social (aquí, algo más velada, se refiere al control de la sociedad a través del miedo) siempre están ahí, en una segunda capa, para todo aquel que tenga el valor de enfrentarse a ellas.

 

Ninja America Chappie

Ninja, Amerika y Chappie

 

Todo ello, como he dicho, sin renunciar a una buena película de acción en la que el miedo a lo desconocido vuelve (como en Distrito 9) a jugar un papel fundamental y en la que la tensión (habré visto muerto al iluso de Deon (Dev Patel) como diez veces en el transcurso de la trama) es llevada con bastante habilidad. Hasta hay tiempo para los homenajes a sus predecesores cinematográficos (Hans Zimmer se marca un puntazo en el enfrentamiento final que a muy pocos se les habrá pasado por alto).

 

El apartado musical (aparte de por el siempre correcto Zimmer) se ve beneficiado de los ritmos de Ninja y Yo-Landi. Los componentes del grupo Die Antwoord (todo un quebradero de cabeza para el director al interpretarse a sí mismos en el filme) aportan a la película una curiosa mezcla entre lo infantil y lo callejero que casa mucho con toda la estética ideada por Blomkamp.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados