«Esto es una gran desgracia, dijeron«
Este es el punto al que conducían todas las tramas de Tom King. La Ciudad de Bane, la historia que comienza a perfilarse entre los Batman #36-37 de ECC y que nace como tal durante la segunda mitad de Batman #38, es el destino final de todo cuanto ha acontecido en la vida del Caballero Oscuro desde que el guionista nos lo pusiera a salvar a los pasajeros de un avión que caía sobre la ciudad de Gotham allá por 2017. Desde entonces y hasta ahora ha pasado de todo, desde la presentación de Gotham y Gotham Girl hasta la ruptura final del héroe que King hace coincidir (quizás de una manera algo artificiosa) con el comienzo del Año del Villano (ahora me explicó el porqué de tantas vueltas y revueltas con las alucinaciones del protagonista…), pasando por la fallida boda con Catwoman o el remedo de Escuadrón Suicida con el que Batman asaltó la guarida de Bane en busca del Psicopirata.
Cierto es que la historia (o historias) que ha venido contando el guionista ha estado repleta de altibajos. Ha habido momentos que sí, se entienden muy bien ahora al verlos en su conjunto, pero que resultaron un tanto pesados en el tiempo en que fueron publicados. Pero la verdad es que King ha apostado fuerte, por la construcción de una historia que ganará mucho conforme nos alejemos de ella y podamos saborearla de golpe en los sucesivos recopilatorios y especiales que a buen seguro la editorial española pondrá en nuestras librerías una vez no esté ya aquí su autor (de hecho, ya estamos entregados a la lectura de algunos de estos tomos).
«Eres un hombre tan bello como estúpido«
Tenemos en Batman #37 y el principio de Batman #38 la historia de una derrota que ya se veía venir de lejos. King, con el apoyo del espectacular arte de Mikel Janín, hace un resumen de todo lo que hemos leído durante estos tres años para luego ofrecernos una batalla final que termine por hundir a Batman (o mejor dicho a Bruce Wayne) en el fango. El Thomas Wayne que conocimos en Flashpoint es el encargado de arrancarle a nuestro protagonista el murciélago del pecho, en un acto que tiene parte de misericordia y parte de la violenta locura que siempre ha caracterizado a esta versión alternativa del Hombre Murciélago. La historia y la pelea que se nos relatan tienen matices terroríficos, sobre todo cuando nos paramos a analizar lo que no llega a verse en las viñetas que dibuja el navarro.
Comienza entonces La Ciudad de Bane, en la que Janín se queda con una parte de la historia y la otra se la cede al también espectacular Tony S. Daniel. De un lado tenemos a Gotham bajo la bota de uno de los peores enemigos del Caballero Oscuro y del otro tendremos (en estos dos números, Batman #38-39, apenas se llega a vislumbrar) la necesaria reinvención del propio Batman, su enésimo renacimiento lejos de la ciudad que le vio nacer y en compañía de maestros diferentes que enseñen trucos nuevos a este perro viejo. La ruptura del héroe, como no podía ser de otra forma con King, ha sido más psicológica que física y su vuelta a los ruedos precisa de algo más que una tabla de entrenamientos.
Me gustaría cerrar el artículo haciendo hincapié en un detalle interesante. DC confía en la historia que está desarrollando Tom King hasta tal punto que le ha permitido dedicar un número casi entero a dejar bien claro que esta cabecera queda fuera de los eventos del Año del Villano. Batman bastante va a tener que asimilar y curar sin necesidad de que Lex Luthor dote a sus enemigos de más poder y recursos. Como mucho, King utiliza la oferta de la némesis de Superman para justificar la impunidad de Bane, un recurso que me recuerda sin poder evitarlo a la Tierra de Nadie que vivió la Bat-familia hace años, cuando un terremoto aisló a Gotham del resto de la humanidad y la ley del más fuerte fue la única que se respetó en las calles de la destrozada ciudad.
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