«¿Para fingir qué? ¿Que eres especial? ¡Estás acabado!«
Érase una vez un murciélago pequeñito. No pretendía hacer mucho ruido. Le importaba bien poco volar en la oscuridad o arrastrarse por las cavernas de la jungla en la que se había ido convirtiendo con el tiempo su ciudad. Sólo quería proteger su hogar y a los que allí habitaban. El mundo era muy grande y de él debían ocuparse los mayores, mantener Gotham a salvo siempre fue lo único importante para nuestro alado protagonista.
Con el tiempo fue fundiéndose con la ciudad a la que había jurado proteger, fue puliendo su técnica y se rodeó de otros seres voladores, compañeros en la noche, que le ayudaron cuando él sólo no se bastaba para frenar a quienes osaban amenazar a su hogar. Nuestro murciélago no era del todo feliz, nunca podría serlo acosado como estaba por el terror de la infancia, pero la sonrisa acudía a sus labios con mucha más facilidad de la que nunca hubiera soñado y, con toda seguridad, con mucha más frecuencia de lo que sus múltiples enemigos consideraban saludable.
Tuvieron que llegar los búhos, enemigos naturales del protagonista de nuestro cuento, para que la historia esquivase el peligroso final feliz al que parecía conducirse inexorablemente. Con los búhos comenzó todo, ellos fueron la piedra de toque de todos los problemas que acosan actualmente al alado justiciero de Gotham y desde que ellos irrumpieron en escena las cosas no han dejado de desmoronarse alrededor del murciélago hasta el punto de convertir su fábula en un tenebroso cuento de terror.
«Sólo está en tu cabeza Tommy…«
En estos tres nuevos números Scott Snyder y Greg Capullo siguen avanzando en su calculadísimo plan de destrucción del universo del Caballero Oscuro y para ello no dudan en recurrir a viejas pesadillas de Bruce Wayne como el inolvidable Joe Chill. El nuevo plan del Joker, liberado ahora de su «amor» por Batman, no termina de aclararse (aunque parece incluir la aniquilación total de la población de la ciudad de Gotham), pero está tocando todos los palos sensibles de los que tenemos recuerdo y ya en Batman #38 vemos como aparece fugazmente el asesino de Thomas y Martha Wayne mientras que el Príncipe Payaso del Crimen se dedica a rondar nada menos que al incombustible Jim Gordon, otro de los pilares de la vida del justiciero que lleva un tiempo tambaleándose y que parece cada vez más cercano a la caída.
Y justo cuando hemos llegado a los nudillos a base del noble arte de comernos las uñas, Snyder y Capullo se toman un respiro con motivo del tercer Annual de Batman al que han sobrevivido y en el que se lucen el bueno (y cada vez más a tener en cuenta) de James Tynion IV y Rogê Antônio un artista brasileño al que también conviene seguirle la pista a partir de ahora. Pero sólo nos tiramos del pelo un rato, Tynion le tiene perfectamente cogido el pulso al Batman de Snyder y, aprovechándose de la saga actual, construye un enfermizo relato de amistad… tal y como la podría considerar un ser tan despiadado como el Joker. La historia, extendida a lo largo de cinco años y hasta la actualidad, se centra en un personaje hasta ahora desconocido por todos nosotros y al que puede que no volvamos a ver… el auténtico e inimitable amigo del Joker, un pobre hombre cuyo atrevimiento a la hora de juzgar y encasillar a la némesis de Batman le valió ganarse lo que este perturbado entiende por su amistad, una relación obsesiva que le persigue a través del espacio y del tiempo hasta encadenarle a los sucesos actuales de una manera brillante.
«Sé que podrás hacerlo«
Ya sabéis aquello de que ‘la noche es más oscura siempre antes del amanecer’ y tal. Pues bien, en Batman #40 las cosas se ponen verdaderamente negras para los defensores de la ciudad gótica. Batman contempla impotente en este número como sus escasos aliados van cayendo uno tras otro (mientras él le cierra las puertas a la que fuera en un tiempo su familia) y así, somos testigos de como las circunstancias empujan al Caballero Oscuro a tomar una decisión de la que nunca se pensó capaz y que, sin embargo, entronca con todo lo que Scott Snyder ha estado construyendo durante los últimos tres años. Todo, absolutamente todo lo que se nos ha estado contando conduce a los números que están por llegar y el Batman que emerja de esta crisis a buen seguro será muy diferente al que veníamos leyendo desde épocas anteriores al evento de Flashpoint.
James Tynion IV también sigue haciéndose cargo en los números #38 y #40 de la historia de complemento protagonizada por la empleada del Asilo Arkham que se nos presentó junto con el camaleónico Eric Border. Los lunáticos fugados siguen contando sus historias mientras van llevando a la pobre psiquiatra a lo más profundo de las entrañas de Gotham con vete tú a saber qué siniestro motivo. Al guionista le acompañan en esta ocasión John McCrea, un irlandés flacucho habitual colaborador de Garth Ennis en series como Hitman, y Sam Kieth, a quien quizás reconozcáis de Batman: A Través del Espejo y Batman/Lobo: Mortalmente Serio. Dibujantes de lujo para una historia que promete converger de una u otra manera con la principal que dibuja como siempre Greg Capullo.
«Tengo que traer a Alice de vuelta a casa por Navidad«
Ya lo dijimos en la última reseña. Francis Manapul y Brian Buccellato vuelven de su pequeño descanso con Batman #38 (Detective Comics #37) para dar inicio a una nueva saga de la hermosa y atractiva etapa que los dos están firmando para la serie hermana del hombre murciélago. En esta nueva historia los autores se deciden a rescatar a Anarky, un personaje creado hace ya varias décadas (en 1989 concretamente) por Alan Grant y Norm Breyfogle al que el videojuego Batman: Arkham Origins ha dotado de un nuevo aspecto y motivaciones más modernas y que parecen adoptar los creativos a la hora de ponerlo frente a Batman en la lucha por el control de Gotham.
Pero Manapul y Buccellato no se limitan a calcar la nueva versión del personaje remodelado para Warner Bros. Montreal, el dueto trae también de vuelta al Sombrerero Loco para hacer que los caminos de ambos villanos se crucen de la manera más sorprendente, de tal manera que parece que toda la historia que hayan estado construyendo durante estos tres números ambos creativos no sea más que una densa cortina de humo para ocultar algo mucho más siniestro y abominable. Ya veremos.
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