¡Cuidado que se nos acaba! Si el otro día me mostraba impactado por los dos años y pico que hemos andado siguiendo la serie de Crows, ¿cómo he de sentirme al llegar al número #50 de Batman? Más aún cuando el final de la fabulosa etapa de Scott Snyder y Greg Capullo va llegando a su fin al mismo ritmo con que se acerca el Renacimiento del universo DC. Y es que, como bien indican al final de este llamativo número, desde enero de 2012 han pasado muchas cosas y todos hemos crecido un poquito a la sombra de las entregas mensuales del Caballero Oscuro, que pareció irse definitivamente al concluir El Final del Juego y que ahora esta cada vez más cercano de su regreso tras la meritoria suplencia de Jim Gordon.
Sólo me da un poco de pena que vaya a hacer falta el regreso de Bruce Wayne al campo de batalla para acabar con este recién llegado Mr. Bloom. La presencia de Gordon al frente de la serie apenas ha durado poco más de seis meses y cualquiera diría que el comisario de Gotham City merecía algo más de cancha para presentar sus credenciales como Batman sustituto. Al final, el gran aliado de Bats desde el lado de la ley habrá aguantado poco menos que una saga y me da en la nariz que tanta prisa por volver al statu quo responde más al nuevo tablero de Renacimiento que al funcionamiento de la serie a nivel de ventas y aceptación por parte del público norteamericano.
«Ambos podríamos abandonar mientras la situación no empeore«
Volviendo a la trama que nos lleva ocupando los últimos meses, Gordon ha de reponerse de la toma por parte de Bloom de todo lo que le protege del exterior (vamos, del robo de su armadura) y lo pone por encima de los villanos. Esta situación obliga a Jim a demostrar que también puede ser letal sin la ayuda de su «novato» compañero de fatigas. No esta nada mal, porque desde el primer número hemos visto a Gordon como una especie de Iron Man oscuro que sólo salía de su armadura cuando era estrictamente necesario y no es hasta el Batman #50 que se produce la verdadera eclosión del personaje. A partir de esta entrega por fin podemos disfrutar de un Batman de los de siempre (Gordon le coge cierta aprensión a estar ahí encerrado, y con razón), que sangra y se retuerce, pero que se levanta las veces que haga falta.
El otro gran protagonista de estos tres números vuelve a ser Alfred. Semirretirado, con una mano amputada y, por fin, feliz de ver como su ‘señor’ lograba avanzar en la vida, se encuentra ahora en una situación que todos imaginábamos que iba a llegar, pero que no por ello resulta menos dolorosa. Enfrentado a una Gotham que se cae una vez más, Bruce recurre a la fría lógica, lo único que ha conservado de su anterior vida, para atar cabos y darse cuenta de que la ciudad necesita a su justiciero y este no es otro que él mismo. El impacto de lo que viene a continuación por desgracia no lo podremos disfrutar como se merece (a no ser que Tom King, el autor que heredará la serie, se muestre de lo más continuista) al entrar de lleno Renacimiento con sus nuevas historias. Sólo diré que no es únicamente Wayne el que realiza el gran sacrificio (si me apuráis, podría llegar a decir que es quien menos sacrifica) y que, al menos para mí, esta podría ser la estocada definitiva al corazón del buen Alfred.
«Lo haremos porque debemos hacerlo«
Ya lo comenté en el pasado. Hace más de un año Scott Snyder colaboraba en ese Detective Comics #27 que celebró los 75 años de Batman con una historia futurista y allí plantó la idea de una máquina que asegurara la existencia de un Caballero Oscuro por cada nueva era de la humanidad. Lo que parecía un retorcido homenaje que habría de quedarse allí vino a mi memoria el mismo día que descubrimos la amnesia de Bruce Wayne y ahora se confirman mis sospechas en medio de una nueva oleada de admiración hacia un guionista con tanta capacidad para anticipar sus propias historias.
En lo que respecta a las tres entregas de Detective Comics, en Batman #50 asistimos al final del cruce entre el nuevo Batman y la Liga de la Justicia («has dado tu primer paso hacia lo épico» le dice Aquaman a Gordon… Ojalá) y al inicio de un nuevo caso para el Caballero Oscuro en Batman #51-52 en el que un asesino en serie está sembrando Gotham de macabras representaciones de héroes históricos hechas con sus mutiladas víctimas. Sigue hasta el final de esta etapa en los guiones Peter J. Tomasi, pero esta vez el arte cae en los pinceles de Fernando Pasarín, lo que nos asegura una espectacularidad visual bastante interesante de aquí a los dos o tres meses que nos quedan.
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