«¿He captado tu atención Bruce?«
Preguntadle a nuestro ocasional colaborador (y director de Super Cómic Radio) Luis Olmedo por la serie animada de Batman de los 90. Preguntadle y os hablará con todo lujo de detalles (muchos más de los que un servidor puede decir que recuerde) sobre una de las mejores adaptaciones de los cómics de superhéroes de la historia para la pequeña pantalla (exceptuando el Pato Darkwing, claro está). Paul Dini y Bruce Timm vertieron en esa joya del arte visual todo su talento y, como consecuencia, los que éramos jóvenes por aquella época recordamos un producto único, que no tomaba al espectador infantil por tonto y que parió a uno de los personajes más divertidos y enloquecidos del universo del Caballero Oscuro: Harley Quinn.
En la citada serie también estuvo involucrado el guionista y dibujante que protagoniza el último tomo de la colección Grandes Autores de Batman que publica ECC en nuestro país: Darwyn Cooke. Basta con contemplar la portada de este tomo para confirmar la influencia de la producción de la Warner en el creativo canadiense. Tras este trabajo, Cooke participó en la animación que daba paso a Batman Beyond, la segunda criatura de Dini y Timm aparte de su glorioso Amor Loco, y en la serie animada de Men in Black antes de dejarse caer por el mundo de los cómics y poner su guión y sus dibujos al servicio de personajes tan variados como Spider-Man, Lobezno o su siempre querido Batman.
«He visto a demasiada gente convertirse en monstruos«
Con el alter ego de Bruce Wayne Cooke tendría varios escarceos siendo los dos más importantes el que da título a este volumen y El Gran Golpe de Selina, con la exclusiva participación de Selina Kyle (sin el disfraz de Catwoman). Centrándonos en el primero de estos dos, nos encontramos con un autor completo contando la historia que siempre ha querido contar y con la calma que le da la libertad para hacerla a su manera. El propio Cooke confiesa en la introducción de este volumen que tras la publicación de Ego, sintió que aún no había dado el cien por cien de lo que era capaz como autor con este personaje y que esta sensación no desapareció hasta que no produjo su segunda gran historia contenida en este álbum. Sin embargo, Ego es una historia fantástica por sí misma sin importar su ritmo o su tono. Cooke hace que en ella Bruce Wayne deba enfrentarse a Batman en una batalla dialéctica que le lleva a poner en una balanza su cruzada por salvar a la ciudad que le arrebató a sus padres y la vida que nunca ha logrado llevar, alejado de los callejones oscuros y las noches de violencia y drama. La caracterización de ambos personajes es una maravilla y su cercanía con la serie animada hace que el dibujo del autor casi se salga de las viñetas para animarse ante nuestros ojos.
Sigue a esta historia la primera de dos colaboraciones que Cooke tuvo para los recopilatorios Black & White de Batman. En Donde Reinan los Monstruos el autor se limita a aportar su dibujo a las órdenes de un guión de Paul Grist (autor del Jack Staff que publica actualmente Aleta Ediciones). Sin ser una maravilla como aventura corta, este breve capítulo sirve para mostrarnos la evolución en las habilidades del Darwyn volcado en lo artístico. Con la limitada paleta del blanco, el negro y la escala de grises Cooke construye un relato gráfico fluido y, de nuevo, muy cercano al mundo animado del que provenía.
«Pistolas, hombres… y oro. ¿Yo? Me quedo con el oro«
Y entonces, tras una portada espectacular (también de su puño), llega El Gran Golpe de Selina, una historia que buscaba devolver a Catwoman a lo más alto, pero sin necesidad de recurrir a su característico disfraz. De no ser porque esta colección rinde homenaje a los autores del Caballero Oscuro, este tomo bien podría haber tomado el nombre de esta historia. En El Gran Golpe… contemplamos la evolución definitiva del estilo de Cooke hacia el que sería el definitivo y diferenciado del que tanto se acercaba a Timm. Más aún, Darwyn teje en cuatro capítulos una historia fabulosa de robos imposibles, traiciones en los bajos fondos, drama y sueños rotos. Dota a Catwoman de un trasfondo sólido que la permitiera desarrollarse con mayor plenitud en su colección regular, amplía lo que conocemos del ‘compañero’ de Selina en aquellos momentos y presenta a dos maravillosos personajes bajo los nombres de Jeff y Stark. El Gran Golpe de Selina es, junto a Si Vas a Roma…, una de mis historias favoritas de Catwoman. Es sucia, no duda en mancharse de sangre y penetra en el corazón de la gata como pocas otras historias han logrado antes.
Le sigue a este relato la segunda colaboración de Cooke con Black & White, en esta ocasión como guionista y cediendo el apartado artístico a un descacharrante Bill Wray (caricaturista al que deberíais conocer desde ya). El Monumento parte de la ficticia construcción de una gigantesca estatua en honor del guardián de Gotham con la que no están de acuerdo ni Batman ni un perturbadísimo Hugo Strange. En pocas páginas Cooke y Wray cuentan una historia ágil y divertida acerca de la breve vida de la efigie del justiciero enmascarado.
«¡Es el mismísimo diablo!«
Cierran el volumen dos historias sin desperdicio. Cita con un Caballero sirvió para abrir el primer volumen de la ahora extinta colección Solo. En pocas viñetas el guionista nos traslada al concepto de Selina de una cita romántica con Batman. ¿El punto extra para este relato? Que vino ilustrado nada más y nada menos que por el mítico Tim Sale del Largo Halloween. Cierra el volumen Déjà Vu, una historia corta escrita y dibujada por un Cooke maduro y seguro de su trabajo para el quinto número de Solo en la que rescata a Jeff y Stark para enfrentarlos a un torturado Batman.
Se termina así un tomo en el que no abundan los extras (pese a que por la red abundan los bocetos y las ilustraciones de la bellísima Catwoman que dibujó Cooke). Junto con Amor Loco y el simpático tomo de Harley y Hiedra Venenosa, Batman: Ego conquistará a toda una generación de lectores que creció al amparo de la televisiva serie de Paul Dini y Bruce Timm y que, a partir de ella trataron de acercarse más al vasto mundo que les prometían los tipos enmascarados y las chicas enfundadas en cuero.
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