ECC Ediciones continúa recuperando material clásico de Jack Kirby después de las experiencias con, por ejemplo, El cuarto mundo, de la que ya dimos cuenta en su día. De formato similar, para homogeneizar las obras del autor, como si se tratara de un coleccionable, la editorial española publica Demon, serie que vería nacer al demonio Etrigan y su álter ego Jason Blood.

«Solo hay uno que puede salvarla… ¡Y yo lo he destruido!«

El volumen que nos ocupa, de 384 páginas, incluye las dieciséis entregas desarrolladas por Kirby (como autor completo) además de material extra en forma de bocetos y páginas a lápices que aperecen intercaladas en el tomo, acompañando a los números de las que proceden. En este sentido, Demon es una propuesta especialmente interesante para seguidores de Jack Kirby, que pueden no solo disfrutar de las aventuras en sí del personaje, sino de parte del proceso creativo del autor.

Respecto a la obra, lo que nos encontramos es ante un relato génerico en cuanto a estructura, con un héroe que tiene que hacer frente a las diferentes amenazas que se van cruzando en su camino. Etrigan o el mismísimo Merlín son quienes suelen hacer de maestros de ceremonias de las diferentes historias que componen el libro. La mayoría son cerradas, pero algunas se extienden a lo largo de dos números y todas tienen en común el gusto por las artes oscuras y los seres surgidos del averno. El tono está muy marcado por la aventura, aunque los elementos de terror también se dejan notar bastante, máxime teniendo en cuenta la naturaleza del protagonista. Al respecto destaca la forma en la que Kirby juega con conceptos como el de los mad doctors o incluso cómo se empapa de relatos como la novela gótica El fantasma de la ópera y los inserta en los códigos en los que transitan sus personajes.

Bien es cierto, como tiende a suceder con este tipo de obras ya clásicas, el ritmo y la narrativa puede ser un escollo para buena parte de los lectores; además los personajes no es que puedan presumir de un desarrollo muy profundo y las aventuras tienden a volverse repetitivas. Demon no deja de ser un cómic juvenil publicado a primeros de los años 70, pero eso no le resta valor al producto, que ha sabido envejecer bastante bien y ofrece un estimable entretenimiento más allá de su valor histórico.