Ante la inminencia del estreno en cines de Los Eternos, uno de los proyectos que más curiosidad ha despertado en el universo cinematográfico marvelita, Panini Cómics da el pistoletazo de salida a una nueva colección centrada en tan peculiares personajes ideados por Jack Kirby.

«¡Cuidado, Sersi! ¡Juegas con un ego masculino herido!«

Y digo peculiares no solo porque su trayectoria haya sido, cuanto menos, errática, con pocas pero llamativas incursiones (Neil Gaiman firmó una breve serie con estos como protagonistas); sino porque en origen ni siquiera formaban parte del cosmos compartido (su inclusión llegaría tiempo después). Tras una fructifera etapa en el entorno de DC Comics, Kirby regresaría a Marvel para repicar el éxito del Cuarto Mundo. Con el halo de estrella que ya tenía el autor por aquel entonces, se entiende la libertad de la que disponía para crear todo un imaginario sin rendir cuentas a ese universo compartido que Stan Lee se esforzaba por dirigir.

Es más, si os acercáis a esta lectura atraídos por la película de Chloe Zhao, conviene que vayáis con la mente abierta. Se trata de unos personajes (y una historia) que tienen más de 40 años. El choque ante las formas narrativas de aquel entonces y las de ahora es grande; bien es cierto que Los Eternos resultan ser una obra bastante más accesible que El Cuarto Mundo. Al situar la acción en La Tierra existe una cierta base conceptual que facilita la inmersión del lector en este imaginativo mundo.

Así mismo, aunque aparecen seres y civilizaciones como las de los eternos, desviantes y celestiales, aún están en una etapa primigenia de desarrollo (en cuanto a la cohesión con el resto de criaturas marvelitas se refiere), por lo que ciertas situaciones o explicaciones pueden llegar parecer fuera de lugar o que entran en contradicción con lo lo que conocemos a día de hoy. En este sentido, la lectura de Los Eternos tiene un atractivo histórico que refleja el dinamismo y evolución constante del cómic y sus mitologías. Y es este aspecto, el de la mitología, el que más destaca en Los Eternos. Kirby explora en sus páginas el mito de la creación y la relación de la humanidad con la religión y la teología. Lo hace, además, de forma ciertamente original, acudiendo a las teorías del creacionismo alienígena, en concreto la defendida por el autor Erik Von Däniken y su Recuerdos del futuro (1968).

Los Eternos de Jack Kirby son una estupenda oportunidad para conocer mejor al llamado rey del cómic y su legado; aunque -como siempre que nos enfrentamos a obras de carácter histórico- el lector neófito necesitará abordar la lectura con relativa paciencia, siendo una obra especialmente dirigida a lectores veteranos y estudiosos del medio.