Ya estamos metidos de lleno en el tercer año de Injustice: Gods Among Us. En los últimos dos capítulos, que dieron por finalizada la segunda temporada murió hasta el apuntador. No olvidemos que el fin de esta serie es enlazar con su videojuego homónimo, así que si ya conocéis las alineaciones de personajes del mismo, tenéis claro con quién no podéis encariñaros. Para los demás -afortunados vosotros-, las sorpresas serán siempre mayúsculas.
Después de dedicar una temporada a los escenarios cósmicos, Tom Taylor ha decidido poner la mirada otra vez en La Tierra, a unos terrenos ocultos a simple vista… los mágicos. ¿Y quién mejor para guiarnos en estos mundos desconocidos que John Constantine? El antihéroe británico es una de las piezas angulares de esta nueva etapa, en la que se hacen alusión a conceptos como el verde (¿veremos pronto a La Cosa del Pantano?) o personajes como el demonio Etrigan. El sello Vertigo va dejándose notar en la temporada que supone el ecuador a Injustice: Gods Among Us.
«Te odiare siempre, Constantine«
En estos primeros números del tercer año asistimos a la evolución de la guerra desde ambos bandos, pero tomando una posición de calma tensa, de rearme y de tácticas de guerrilla. De momento se acabaron las peleas en campo abierto. Con Constantine como principal activo de la resistencia comandada por Batman, la serie toma también un cariz más callejero. La dupla que forman ambos personajes es de lo más estimulante, y Taylor está sabiendo aprovechar bien la dinámica creada entre ambos. Uno de los descubrimientos de la serie.
Toda una colección de nuevos aliados y enemigos se dan cita en estas primeras cuatro grapas editadas por ECC. Algunos de los cuales tienen una participación más bien testimonial, mientras que otros se postulan como personajes de gran importancia en el futuro de la franquicia a corto y medio plazo.
Respecto al bando supermanero, personajes como Hal Jordan han visto reducida su presencia hasta la categoría de figuración especial, acorde al rumbo que está tomando la aventura. Por el contrario, entes poderosos como Shazam toman posiciones relevantes. Y Shazam concretamente, promete ofrecer algunos de los momentos más interesantes en los próximos números.
El tono general sigue siendo el mismo que hasta ahora, Taylor está siendo muy continuista con el trabajo anterior. Se pueden discutir sus diálogos un tanto mojigatos e infantiles, pero el ritmo se mantiene veloz y cargado de fuerza, no se da un respiro al lector en la que sigue siendo una de las series más entretenidas del catálogo actual de ECC Ediciones.
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