«Guerreros, protectores, ángeles de la guarda«
Llegamos de la manos de ECC al último de los cuatro tomos colaborativos entre dos de mis figuras preferidas en el mundo del cómic: el insigne, y por siempre jamás unido a Batman, Paul Dini y el sencillamente extraordinario Alex Ross. Ambos, guionista y dibujante, dedican este esfuerzo final a plasmar no ya a uno de los grandes héroes del cómic deceíta, sino al grupo que los englobaría a todos y que sirve de referencia al resto de editoriales desde hace décadas a la hora de idear tramas colaborativas y eventos que puedan afectar al devenir de todo el imaginario viñetístico de cada momento.
Dini le otorga a este cuarto tesoro un aroma aún más intenso que los otros tres a folleto de mediados del siglo XX. No es baladí. Tanto Ross como él pretenden que estas cuatro joyas se puedan leer juntas o por separado y que permanezcan suspendidas sobre el resto de sus congéneres de tapa dura y blanda con un cierto halo de atemporalidad. Así, hay detalles en el discurso (y en el dibujo, mirad que televisiones gasta la gente) que nos llevan de la mano a épocas pasadas, pero hay temas sociales y recursos literarios que nos devuelven al presente de cuando en cuando, en ese formidable intento por ganarse el corazón de lectores de ahora y antaño.
«Es hora de que el rey ponga a sus caballeros en el tablero«
Si en las otras entregas el peso del trabajo estaba más repartido, en este volumen el dibujo centra toda nuestra atención y (en contadas ocasiones) hace sobrar a las frases que lo sobrevuelan. Alex Ross realiza para este álbum uno de sus más alucinantes trabajos, acunado por una historia que en cierto momento nos recuerda al Kigdom Come de Mark Waid y el propio Ross. A su ya de por sí sensacional estilo de dibujo se le unen esta vez una fabulosa utilización del color (sobre todo en las primeras páginas, en las que cada héroe parece ligado a una franja cromática) y, cortesía de DC, un número inusitado de splash pages en las que el artista desata toda su genialidad.
Se podría decir que si los anteriores tres cómics sirvieron para que ambos genios compitieran para nuestro bien, en este sencillamente se entregan para crear algo hermoso que perdure en nuestra memoria. JLA: Justicia y Libertad representa el broche de oro a una colección sin número en las solapas que merece tanto ser leída una y otra vez como expuesta y colgada de una pared. Si mañana les cerrasen el chiringuito, los chicos y chicas de ECC al menos podrían decir que han publicado gran parte de las grandes obras de DC en España y que, como ocurre con el caso de hoy, han llevado a nuevos lectores obras que no deberían caer jamás en el oscuro pozo del olvido.
Deja un comentario: