Hace unos días Geoff Johns nos desvelaba parte de lo que va a significar el próximo gran evento de DC Comics. Rebirth, lejos de ser el reseteo que muchos habían vaticinado, se convierte en un crossover que busca recuperar las viejas sensaciones que despertaban en nosotros los héroes de esta editorial sin olvidar la historia reciente de cada uno de ellos. Se trata de un proyecto que busca devolver a la casa a donde le corresponde en el panteón norteamericano de los cómics (actualmente dominado con mano de hierro por Marvel) y escapar del camino errante que ha llevado a lo largo de los últimos años, con personajes que no lograban conectar con el lector e historias de calidad bastante cuestionable. También se buscará conectar (al menos visualmente) los mundos cinematográfico y comiquero ahora que DC se ha mudado a casa de su novi@ (Warner Bros.), pero eso es harina de otro costal, aunque también vaya enfocado a mejorar las ventas.
Un poco en este rumbo nos encontramos a Bryan Hitch. El colaborador de Warren Ellis en The Authoority y de Mark Millar en Los Ultimates es reclutado para sacar a los más grandes héroes de la Tierra de su letargo y lanzarlos en pos de nuevas y apasionantes aventuras. Poco importa que en las series principales tengamos, por ejemplo, a un Batman robótico que está aprendiendo a lidiar con los superhéroes o que Superman esté actualmente en una situación bastante precaria en lo que a poderes y aliados se refiere. DC le ha dado a Hitch libertad total para que cuente sus historias más allá de lo que la continuidad exija o de lo que esté ocurriendo en otras colecciones. Casi parece que le hubieran cedido al autor una de las pocas realidades que Grant Morrison se dejó sin explorar en El Multiverso.
«Allana el camino para mi llegada Kal-El«
Hitch monta una historia en torno a la mitología que rodea al extinto planeta Krypton, haciendo que uno de sus desaparecidos dioses pose su vista sobre la Tierra en busca, al parecer, de enmendar sus errores y dotar a los humanos de los dones que nunca pudo dar a los habitantes del planeta que dio a luz a Superman. Este acontecimiento, unido al hecho de que el último hijo de Krypton le de la más calurosa de las bienvenidas a un extraño al que jamás en la vida ha visto disparará todas las alarmas de la Liga de la Justicia de América, que se lanza a investigar en todas las direcciones posibles mientras Rao (el misterioso dios kryptoniano) pone el mundo patas arriba en una oleada de benevolencia que me recuerda muy mucho a la que pudimos leer hace meses con la reedición del tomo de Justicia, de Alex Ross.
Sin embargo, los únicos que parecen encaminarse a unas posibles respuestas son Wonder Woman, Flash y Green Lantern. Desplazados en el espacio y el tiempo por culpa de su impulsividad en una batalla en principio sencilla, los volvemos a ver en el tercer número de la colección en una serie de situaciones que pintan un tanto peliagudas y que comienzan a hacernos sospechar acerca de que no es divino todo lo que lo parece. Especialmente interesante me parece la situación de Hal Jordan (un personaje en alza desde que Geoff Johns los sometiera a su propio Renacimiento), que puede tener en la palma de la mano la respuesta a todas las incógnitas que se plantean, pero que está un tanto lejos como para poder resultar de alguna ayuda… de momento.
«Los dioses han huido«
Poco más que sacar en claro de unos primeros tres números que se limitan a sentar las bases de cómo va a ir funcionando la serie a partir de ahora. Queda claro, sin embargo, que el autor sabe muy bien hacia dónde se dirige y cómo pretende llegar hasta allí. Bryan Hitch se toma su tiempo, sí, pero en busca de contar una historia que merezca la pena sin dejarse nada por el camino. Su dibujo, siempre espectacular, hace justicia a los héroes con los que trabaja y el color de Alex Sinclair le hace aún más brillante visualmente hablando. Podemos encontrarnos frente a una de las últimas colecciones que merezcan la pena de DC… o de lasprimeras de una nueva etapa para la editorial.
ECC lanza esta nueva colección a un precio que va decreciendo con cada número que pasa desde los tres euros y medio de la primera entrega hasta los casi dos de la tercera, siempre en función del número de páginas y con una tendencia a quedarse en la última de estas dos cifras, lo que hace a cada nuevo cómic más apetecible que el anterior para el coleccionista con pocos recursos. Hitch es garantía de un buen espectáculo y ECC nos lo trae al mejor precio posible, ¿de verdad vamos a resistirnos a ello?
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