«Si me hubiera quedado, allí habría algo más que fantasmas«

Se veía venir. Han pasado casi cinco meses desde nuestro último artículo acerca de esta serie y su argumento, antes tan apasionante y absorbente, ha perdido parte de su fuerza por la dificultad de recordar los detalles tras casi medio año y porque las vistas están ahora puestas en otras colecciones. Bryan Hitch se embarcó hace ahora algo más de un año en una escalada que ha demostrado no poder coronar en solitario. Ya el JLA – Liga de la Justicia de América #8 llegó más tarde y ya entonces lo avisamos: para los dos últimos números habría que esperar. Bastante ha hecho ECC publicando todo y permitiendo que los lectores puedan reunir la totalidad de la serie en el formato de grapa (si ya lo recopilan en tomo será de diez sobre diez), porque el desánimo con que llegamos a estas entregas no hace sino acrecentarse cuando llegamos a su interior.

Empujado por sus nuevos proyectos, Hitch ha descuidado un tanto el final de una serie que crecía y crecía sin parar con cada nueva entrega. Los números de diciembre (#9) y marzo (#10) cierran con prisa una trama que bien habría dado para doce números (lo cual probablemente fuera el plan original) y al hacer esto vuelven a la trama confusa y deshilvanada. Algo que no se podría perdonar de no existir el principio que conocemos y de no servir para demostrar, a día de hoy que todavía se pueden contar buenas historias con los personajes de siempre.

«Es un solo hombre, cierto, pero cuenta con toda mi fe«

Tan mal no lo habrá hecho el guionista si DC le ha puesto al frente de la nueva colección de la Liga de la Justicia (de la que próximamente hablaremos por aquí) tras Renacimiento. Si la debilidad de este guionista y dibujante es que no puede él solo con todo, pues habrá que prestar atención y prestarle apoyo cuando lo necesite (como vemos en el último número, en el que entran Tony Bedard y Tom Derenick a echar un cable). Si esto se hubiera hecho antes con la serie de la que hablamos hoy, otro gallo nos cantaría.

JLA – Liga de la Justicia de América #10

Con todo, la Liga de Hitch nos deja con una interesante reflexión sobre la fe ciega e ignorante y demuestra el cariño de su autor hacia los personajes que pone al pie del cañón. ¿Quedan cabos sueltos? ¡Un buen montón! El escenario en la Tierra tras la batalla final es casi apocalíptico y nadie nos explica cómo se deshacen ciertas cosas, hay personajes cuya identidad sigue siendo un misterio y el origen de las piedras detrás de los poderes de Rao sigue siendo incierto. ¿Se responderá alguno de estos interrogantes a lo largo de este año? Quién sabe (aunque yo no me hago muchas ilusiones). La nueva temporada de la Liga de la Justicia queda en buenas manos… Sólo esperemos que la editorial de Superman y Batman no vuelva a permitir al bueno de Bryan cargar con todo, todito, todo.