Primer gran crossover de las series de DC dedicadas al mundo de la magia y el ocultismo.
«Ya me acuerdo pero, que Dios me ayude… no quiero«
Al poco de iniciar su andadura, la Liga de la Justicia Oscura cruzó sus caminos con Andrew Bennett (Yo, Vampiro) e incluso con Batman, pero ese primer cruce entre series no fue más que una pequeña aventura en la que ambas colecciones buscaban aprovechar la sinergia de la colaboración para llegar a un número más amplio de lectores. No sería hasta La Guerra de la Trinidad que el equipo capitaneado por Constantine entraría en uno de los grandes eventos de la editorial y, aún así, la presencia de estos héroes fue demasiado tangencial como para resultar relevante (aunque finalmente fuera el mago de Liverpool quien sujetara la Caja de Pandora poco antes de que ésta decidiera abrirse). En cualquier caso, como ya comenté hace algunos meses, la Guerra de la Trinidad no fue más que un grandilocuente prólogo para el evento que realmente iba a afectar de manera determinante a la mayor parte de las series del universo DC: Maldad Eterna.
Al mismo tiempo (casi) en que comenzábamos a ver hacia dónde nos llevaban los sucesos que enfrentaron a las tres Ligas de la Justicia nacieron tres series en el seno de DC que venían a suplir el vacío de guiones sobrenaturales que habían dejado Yo, Vampiro, al finalizar, y Frankenstein: Agente de S.H.A.D.E. y Demon Knights, al ser canceladas. Estas fueron Constantine y las dos series dedicadas a la Trinidad del Pecado: Pandora y El Fantasma Errante. Ahora, con el Sindicato del Crimen ocupado en luchar contra la resistencia que lidera un heroico Lex Luthor, la Liga de la Justicia Oscura y estas tres series entrelazan sus destinos en una saga que combatirá a la maldad venida desde Tierra 3 desde el plano mágico y sobrenatural.
«Reconoce que si cambiara te decepcionaría«
Pero volvamos al momento aciago en el que el bueno de Johnny decidió birlarle una caja a los seres más poderosos del planeta. Lo último que sabíamos de Constantine es que, tras cabrear a todo el panteón de héroes de DC, el Sindicato del Crimen había barrido el suelo con su cara. Entonces, ¿cómo es que comienza la presente saga cómodamente sentado en una silla de la Casa del Misterio? Tranquilicémonos, al parecer el vínculo existente entre esta construcción y nuestro mago favorito le ha vuelto a salvar el culo a éste último. Pero entonces el primer misterio palidece cuando nos damos cuenta, junto con John, de que no hay rastro de Zatanna y del resto de los integrantes de la Liga. ¿Qué ha sido de ellos? ¿Han desaparecido junto con el resto de los integrantes de las otras dos Ligas de la Justicia? ¿Los retiene alguien?
Para tratar de encontrar a sus compañeros (o al menos a la única que le interesa de ellos) John Constantine comenzará por unir sus fuerzas con un personaje salido de la colección del Fantasma Errante (la Enfermera de Pesadilla) y con un ente que un turbulento pasado une al mago. La Cosa del Pantano viene a cubrir la baja del tío Franky a la hora de poner músculo y pocas palabras al servicio de la Liga de la Justicia Oscura, sin embargo, cuanto más avanza la trama más nos damos cuenta de la enorme versatilidad del defensor del verde frente a la malhumorada creación de Mary Shelley. De no ser por el tremendo éxito del trabajo de Scott Snyder, primero, y Charles Soule (¿os suena de algo fans de Marvel?) ahora, casi daría por sentada su adhesión al equipo de los magos. Sin embargo, ya hemos tenido suficientes trinidades por el momento y pronto estos tres personajes habrán de contar con los aliados más inesperados.
«Entonces veo flotar mi cuerpo decapitado«
La entrada en el equipo de Pandora y Errante, si bien es algo forzada, se trata de una elección obvia por parte de la editorial. La evolución de Pandora a lo largo del crossover con el que ha entrado en el NuDC fue estupenda, pero aún le faltaba un último empujón para ganar solidez como personaje y como serie independiente. El Fantasma Errante, sin embargo y pese al bombazo que supuso la revelación de su auténtica identidad, ha tenido una trayectoria mucho más… errática por la editorial y necesitaba un poco de juego en equipo antes de decidir qué se hace con el personaje. Estas dos adiciones suponen a la vez un incremento apabullante del poder de la nueva formación de la Liga de la Justicia Oscura y la entrada en la ecuación de los argumentos de carácter místico-religioso, terreno muy escabroso, pero que los autores del crossover (Ray Fawkes, J.M. DeMatteis, Mikel Janín…) resuelven con bastante elegancia.
De la Trinidad del Pecado se cae Question, personaje que resulta extremadamente complejo de manejar en sagas que, como ésta, prácticamente destilan acción. De hecho, el personaje está actualmente calentando banquillo en los «nuevos 52» y tan sólo podemos hacernos alguna ilusión con el rumor de que aparecerá dentro de la colección post Maldad Eterna que llevará por nombre El Nuevo Escuadrón Suicida (New Suicide Squad, sale este septiembre en EEUU). Muy bien van a tener que hacerlo para superar a mis queridos Question y Renee Montoya de 52…
«Sé que es muy posible que salvemos el mundo y que al mismo tiempo perdamos nuestra humanidad«
Pero hablemos del ente que da nombre a esta miniserie. El concepto del que nace Plaga, la unión de todos los pequeños pecados veniales de la humanidad, resulta muy interesante. Pone a los personajes protagonistas a luchar con algo tan leve como infinito y los enfrenta a sus «yoes» más oscuros y enterrados. Maldad Eterna: Plaga reflexiona casi desde la primera página en cómo nos esforzamos día a día en esconder nuestros deseos más siniestros y nuestros pensamientos más perturbadores. El cómic nos propone un día en el que dejamos salir toda la oscuridad que llevamos dentro. ¿Qué pasaría? ¿La reconoceríamos como nuestra? ¿Acaso la combatiríamos? ¿O nos dejaríamos arrastrar por el caudal de negatividad que nosotros mismos produciríamos?
Plaga es tan interesante que resulta un tanto decepcionante su rápido paso a un segundo plano, por no ser más duro. El rápido paso de los protagonistas del conflicto con Plaga a la reanudación de la búsqueda de Zatanna y el resto de magos provoca la momentánea desconexión del lector, al que no se le da tiempo de saborear cada pequeña victoria antes del malo de la siguiente fase. Quizá este salto, que se da en las primeras páginas de Liga de la Justicia Oscura #8, sea el aspecto más negativo de un crossover que, sinceramente, me ha cautivado. Es como si Plaga sólo fuera una excusa, en lugar del formidable villano que ha tenido en jaque a todo el universo mágico DC.
«Esta es la historia de cómo murió mi mundo… y de cómo renació«
Maldad Eterna se ha concebido como un evento que reescriba el statu-quo del universo DC sin necesidad de un reseteo de su Multiverso. La idea es que esta gran saga tenga consecuencias directas y fácilmente identificables en cada una de las series de la editorial. El actual estatus de Luthor como héroe (a lo Norman Osborn en Reinado Oscuro), las circunstancias en torno a Nightwing… El reverso mágico de DC no iba a ser menos y Plaga nos deja con unas conclusiones que van a necesitar de una segunda y tercera lecturas para poder ser comprendidas en su totalidad. El cambio de roles que observamos al final de Constantine #4 es sólo la punta del iceberg de algunos hechos que van a modificar la dinámica de todas estas colecciones a un nivel mucho más profundo.
La metamorfosis de Pandora es tan sólo una de las muchas sorpresas que nos depara esta serie sobre este personaje. Su conversación final, con un Felix Faust convertido en villano de categoría de la LJO por derecho propio, no tiene desperdicio y la búsqueda de respuestas que seguirán a las entrecortadas revelaciones del mago negro va a tener al personaje bastante ocupado de aquí a una larga época. En el aire también quedan preguntas acerca del misterioso y ambiguo personaje de la Enfermera de Pesadilla, el destino de la Casa del Misterio, el nuevo rumbo que deberá adoptar Constantine a partir de ahora… Si medimos a un evento por sus consecuencias, Plaga, que ha sido una bomba atómica sobre las series sobrenaturales de DC, se constituye como uno de los mejores esfuerzos de colaboración entre varios guionistas de distintas series de la última década en esta editorial. Ardo en deseos de ver cómo siguen los caminos a partir de aquí.
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