Punk Rock Jesus

Punk Rock Jesus: In nomine patris

Punk Rock Jesus

«Preparaos para el segundo Advenimiento«

Un día a Sean Murphy (Hellblazer, Joe el Bárbaro) se le ocurrió un tema estupendo para un cómic. Hablaría de clonación humana y sus límites morales, de religión y, ya que se había puesto a torpedear en todas direcciones, apuntaría también a los reality-shows. El título tenía que tener el suficiente gancho como para llamar la atención de ateos y devotos sin indignar (demasiado) a ninguno de ellos: Punk Rock Jesus era perfecto.

Dicho esto, conviene no dejarse engañar por el truco publicitario de Murphy. Su cómic tiene muy poco de Punk, casi nada de Rock y, si me apuráis, apenas migajas de Jesus. ¿Significa esto una decepción? Apenas. Puede que los amantes de la música echemos en falta un poco más de la misma en un cómic que la lleva en su título (esta obra se podría haber llamado Reaggeton Jesus o Brit Pop Jesus y pocas cosas habrían cambiado), pero el ritmo y la intensidad de lo que se nos cuenta son tales que rápidamente borramos el gesto torcido de la cara y pasamos a devorar las doscientas y pico páginas que componen esta novela gráfica alternativa e imprescindible.

Porque Punk Rock Jesus se nos presenta como una de las mejores críticas al fanatismo que se hayan escrito en lo que llevamos de siglo, no sólo el religioso, sino también el político (con importantes referencias al IRA), moral e, incluso, cultural. Murphy no dispara a ciegas, sino que carga de una manera muy estudiada contra los pilares del pensamiento obcecado haciendo las preguntas pertinentes para hacernos pensar sin que nos sintamos insultados: ¿Es mala la clonación? ¿Y si clonáramos a alguien admirado por todos? ¿Y si la clonación fuera el camino para la salvación de una especie o un ecosistema? ¿Y creer, es malo creer en Dios? ¿Es malo ser ateo? Punk Rock Jesus habla mucho sobre la tendencia a emitir juicios de valor de aquellos cortos de miras. Y lo hace sin obligarnos a comulgar con piedras de molino.

«¡Ahora sí que nos vendría bien un milagro!«

Bueno, en realidad sí que hay una cosa contra la que el autor se lanza a lo kamikaze. La telerrealidad es el principal objetivo de las críticas de Murphy, que da de ésta una visión de un ente acomodado en la riqueza generada en torno a la falta de escrúpulos y que nos vende como una de las grandes pandemias del siglo XXI. El estadounidense no se centra en cómo la televisión nos atonta y nos ata al sillón, sino que va más allá y penetra en el submundo que rodea a los productores para mostrarnos la cara más fea de los vendedores de humo. Sobre si su manera de ver las cosas es o no radical es algo que debe decidir cada uno, pero lo cierto es que el argumento central de este cómic tiene un cierto halo de verosimilitud ciertamente inquietante.

Punk Rock Jesus

En cuanto al apartado gráfico, Murphy opta por la dureza que ofrece el blanco y negro y los juegos de sombras que derivan del cómic tradicional. Todo regado con referencias a la cultura pop y al arte cristiano que harán las delicias del lector avispado y un aire lejano al Frank Miller de los primeros tiempos que puede gustar (y mucho) a los lectores que sólo buscan un buen cómic de acción, no en vano el mayor peso de la obra recae sobre la figura de Thomas (como el apóstol Tomás en un juego velado a la incredulidad que al final cierra la obra) y su oscuro pasado, que viene a ser una suerte de cruce entre Batman y el destrozado Marv de Sin City.

ECC corona esta obra con una completa colección de ilustraciones y portadas como la que veis sobre estas líneas y con un breve artículo sobre el autor titulado Jesús te Odia y que, personalmente, preferiría no haber leído. No por la prosa de Jero Piñeiro, sino más bien por las declaraciones acerca del ateísmo «de prueba» que hacen que el autor pierda bastantes puntos en mi ‘molómetro’ particular… No todo iban a ser parabienes para el tío Murphy.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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