ECC Ediciones nos ofrece, en su pequeño formato DC Pocket, la secuela spin-off de La maldición del Caballero Blanco protagonizada por Harley Quinn. La eterna novia del Joker, convertida en el universo de Sean Murphy en una de las principales aliadas del cruzado enmascarado, toma el protagonismo en una aventura que tiene lugar dos años después de la citada La maldición del Caballero Blanco.
«Necesitamos que te quedes al margen«
Azrael vencido a manos de Batman, quien ahora cumple condena como un preso más; encapuchados, héroes y villanos, colgando las mallas; Harley saliendo adelante de manera honrada junto a sus dos hijos… Gotham parece más luminosa que nunca, pero las sombras siempre acechan. Y son estas las que empujan a Harley a asomarse de nuevo al abismo que creía superado.
La obra se entiende como spin-off en el sentido de que su principal activo, Batman, no existe como tal. Y Bruce Wayne, en su situación de convicto, poco más puede hacer que la de prestar apoyo y consejo. Es Harley, secundaria hasta la fecha, quien asume el rol protagónico. Pero también se entiende como secuela por lo ya señalado, los hechos narrados siguen una línea continuista respecto a las aventuras precedentes. No tenemos un relato del pasado o paralelo a los anteriores. Y sus actores son los mismos, por más que sus circunstancias sean las mismas. Sabemos qué ha sido de ellos después de La maldición del Caballero Blanco y cómo están siguiendo sus vidas.
Conviene subrayarlo porque el título del volumen Batman: Caballero Blanco presenta: Harley Quinn puede dar lugar a equívocos al respecto. La pequeña historia centrada en Víctor Von Frío sí era un spin-off con todas sus letras.
Y con todo, quizás le habría sentado mejor ser más spin-off y menos secuela, porque la sombra de sus antiguos protagonistas es alargadísima. Katana Collins (a partir de una historia escrita junto a Sean Murphy) nos ofrece una aventura que se preocupa tanto en mirar hacia el futuro de Harley, como al pasado del Joker. Siendo este ya pasto de los gusanos, sigue siendo una figura de tremenda importancia y todos los capítulos ahondan en los inicios de Harleen y este para contarnos cómo acabó convertido en el Joker. Es interesante, sin duda alguna, pero no deja de resultar triste que la protagonista carezca del suficiente peso como para poder llevar la historia ella sola y sea necesario recurrir a otros personajes para completar la función.
Máxime cuando este pasado no tiene incidencia real en el presente. Su utilidad es la de dar información al lector sobre el origen de uno de sus grandes villanos; pero la relación con Harleen es casual y tangencial. Si obviamos todos esos flashbacks, la trama del presente funciona exactamente igual. Se entiende el ejercicio de cara a establecer semejanzas de estructura respecto a las anteriores obras de la serie, pero más allá de eso, lo único que hacen es restar importancia a quien debería estar en el foco.
Collins hace un intento loable de darle entidad a Harley, pero ella misma se resiste a confiar en sus posibilidades y nos presenta un cómic sumamente entretenido, pero demasiado conservador y deudor de los anteriores. Harleen mira al futuro, pero sin querer desprenderse de las losas del pasado.
Deja un comentario: