Seguimos recuperando la colección «en solitario» de nuestro kriptoniano favorito previa a la revolución que ha supuesto Rebirth para todo el cosmos deceíta con un repaso a los números #50-52 editados por ECC Ediciones y que recogen material de las dos cabeceras norteamericanas del hombre de acero: Superman y Action Comics. Pero también -a causa de la saga Alba salvaje-, de material de la colección Superman/Wonder Woman, para quebradero de cabeza de los lectores españoles, que ven como -una vez más- es francamente difícil seguir una colección sin que se pierdan números por el camino, insertados en tomos y eventos varios.

En Superman #50 tenemos los últimos coletazos de una saga que ha enfrentado a nuestro héroe con la organización terrorista Hordr y le ha llevado a meterse en una suerte de lub de peleas en las que se ha medido con diferentes dioses a cambio de dinero (es lo que sucede cuando tu identidad secreta se da al traste y tienes que seguir ganándote el pan de alguna manera. Con invitados como Frankenstein, Greg Pak y Gene LuenYang, en Action Comics y Superman respectivamente, han llevado a Clark por el camino de la amargura en las últimas entregas hasta revelar a Vandal Savage como enemigo a batir. Trama en la línea de los últimos tiempos, sin mayor interés para el lector que no sea un defensor acérrimo de las correrías de nuestro poderoso amigo de Smallville.

En Superman #51-52 (cuyos precios son de 6.50 y 6.95€ cada una dada la cantidad de material que recogen), Kent sigue sin tener un respiro. Mientras sigue buscando la manera de recuperar sus poderes, nosotros conocemos el origen de Savage y su recorrido a lo largo de los siglos. Así, esta nueva saga arranca de una manera muy interesante, resaltando el aspecto más íntimo de los dos personajes, reflexionando sobre sus anhelos y temores, sobre qué lugar ocupan en un mundo en el que se sienten extraños, fuera de lugar. A su manera, ambos también están obsesionados con el poder, con la acumulación del mismo para poder hacer frente a sus objetivos. Siguiendo esta línea discursiva de tratar la vulnerabilidad emocional del kriptoniano, Peter J. Tomasi lo lleva a pasar por unas pruebas impuestas por los Olímpicos, a fin de saber si es digno o no.

Con la participación de la agencia Argus en la saga esta toma un cariz de ciencia ficción muy atractivo, que ayuda a hacer de esta una lectura más divertida tanto a nivel visual, posibilitando la aparición de estructuras u objetivos muy imaginativos, como a nivel argumental, favoreciendo la toma de las decisiones más rocambolescas sin que le chirrie a nadie. El entorno sci-fi sienta muy bien a Kal-El, a fin de cuentas no deja de ser un alienígena paseándose entre nosotros.

La acción llevada a cabo en los guiones por Luen Yang, Greg Pak o Peter Tomasi es de lo más refrescante. La labor de los editores es encomiable para lograr la unidad y la coherencia entre las diferentes colecciones integradas en este arco argumental, funcionan como un todo, dando un atractivo empaque al citado arco. Sí se nota cierto desfase en los dibujantres, pero por lo general no resulta un incordio para la lectura, en la que nos metemos de lleno desde el principio.

Con Alba salvaje un Superman más rudo, falible y sacrificado se reencuentra con un público que lleva más disgustos que alegrías con los nu52.