Superman/Wonder Woman

Superman. Condenado #1-4: Una larga agonía

Si dejamos a un margen las incongruencias en torno a la concepción de Juicio Final en el nuDC, pues pronto se revela como un mcguffin (monstruoso eso sí, pero mcguffin al fin y al cabo), los responsables de las principales cabeceras supermaneras (nos olvidamos aquí de los Superboys y Supergirls) han concebido con Condenado una aventura de grandes artificios, sin visos a dejar secuelas duraderas (al menos no de esas que cambien el status quo de ninguno de sus protagonistas durante largo tiempo), pero con episodios realmente entretenidos. Lástima que los altibajos sean una constante.

 

El evento plantea algunas ideas muy interesantes, como convertir la amenaza de Juicio Final en una afección contra la que Superman no puede hacer nada. Su presentación es la habitual de un maloso capaz de destruir ciudades enteras con los ojos cerrados, un enemigo al que batir a base de puñetazos; pero en un inteligente giro este “muta” en una suerte de enfermedad ante la que sucumbe el kriptoniano, iniciando una lucha para no transformarse, él mismo, en Juicio Final.

 

Wonder Woman

 

Con Superman “pasándose al lado oscuro” sus compañeros (con Lana Lang o Acero en primera línea) son los que tienen que resolver la situación, ayudados, eso sí, de inesperados aliados. Entre los héroes que ocupan el puesto del hombre de acero nos encontramos con la grata sorpresa de ver a Wonder Woman jugar un papel protagónico, al contrario de lo que parecía indicar el prólogo del evento (que tuvo lugar en Superman/Wonder Woman #2). La princesa de Themyscira se muestra fundamental para el desarrollo de la historia.

 

Diana, yo siempre tengo un plan

 

Asistimos también a visitas inesperadas como la de Supergirl, ¿¡convertida en una Red Lantern?! El pitote editorial que tienen montado siempre en las oficinas de ECC tiene la culpa de que surjan este tipo de lagunas. El porqué o el cómo Kara se ha rendido a la rabia no tiene demasiada importancia para la trama, su participación es casi anecdótica, una excusa para pasearse por las páginas del evento. Es en los tercer y cuarto volumen donde aparecen dos entregas de su serie, dos tie-in escritos por Tony Bedard sin aporte ninguno para el evento pero que dan buena cuenta de la madurez que está adquiriendo Kara. Cada vez quedan más lejos aquellos primeros meses de su vida entre nosotros llenos de temores y rabia inconsolable por la pérdida de su mundo.

 

Al inicio de cada capítulo nos encontramos con un texto de Lois Lane que hace un resumen, muy subjetivo, de los acontecimientos precedentes. Si bien al principio pueden hacer cierta gracia, llega un punto en el que pasamos de ellos como de las páginas publicitarias. En una edición en formato grapa tienen su razón de ser para refrescar la memoria del lector, pero en una en tomos lo único que hacen es redundar en hechos que acabamos de leer sin ofrecer nada nuevo.

 

Tras un arranque prometedor volvemos (en el segundo volumen) a los vicios de la colección del kriptoniano (concretamente Action Comics) y el interés comienza a menguar. Los conceptos planteados van variando sin justificación alguna para adecuarlos a los intereses de la historia. Una historia que comete el error de traer de vuelta a un enemigo con un bochornoso historial en la colección. Está visto que los kriptonianos, como los humanos, son de tropezar varias veces con la misma piedra.

 

He volado a través de supernovas en explosión. ¿Crees que un poco de humo y fuego pueden detenerme?

 

El trabajo de Greg Pak en Action Comics está a la altura del de sus predecesores, lo que no dice nada bueno de él. Nos vemos así con un fuerte desequilibrio entre los episodios narrados por este y los que conciernen a Charles Soule, arquitecto de Superman/Wonder Woman.

 

El tercer tomo le da un nuevo impulso a la saga, aunque su carácter no pasa de ser transitorio, con muchas escenas que transcurren en paralelo a los acontecimientos del segundo volumen. Si en aquel la acción principalmente tenía lugar en la órbita terrestre, en este nos metemos de lleno en la batalla en La Tierra. Los guiones de Soule siguen estando un escalón por encima y se encargan de dar cierta coherencia a las invenciones de Pak.

 

Superman/Wonder Woman

 

El cuarto y último tomo funciona a modo de epílogo. El primero de los capítulos pone punto y final al evento, enfrentando a Superman con el villano que estaba orquestando todo el asunto. Y de ahí hacemos un salto de tres meses y somos testigos de cómo el mundo se ha estado recomponiendo en este tiempo. ¿Consecuencias para el héroe? Como decíamos en el primer párrafo, prácticamente ninguna. Algún que otro amigo ha visto cómo su vida ha dado un vuelco, pero no pasan de ser personajes secundarios de la colección, así que en términos generales las cosas han quedado tal como estaban al principio.

 

Los otros dos episodios, correspondientes a las series de Supergirl y Superman/Wonder Woman podrían haber formado parte de los tomos de sus respectivas colecciones. Suponen un pequeño impasse dentro de ambas series antes del comienzo de nuevos arcos argumentales. Especialmente entretenido es el escrito por Charles Soule (¡cómo no!), quien enfrenta a nuestros héroes a problemas más de andar por casa (hay regalos que son envenenados) para poder profundizar en las cuestiones de pareja apoyándose mucho en la comedia. Si su colección seguirá por estos derroteros o no lo sabremos próximamente, pero la senda que apunta este último capítulo es muy prometedora. Con un poco de suerte el guionista también la habrá visto.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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