Guardianes de la Galaxia
Título Original: Guardians of the Galaxy
Director: James Gunn
Guión: James Gunn, Nicole Perlman
Reparto: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Vin Diesel, Bradley Cooper, Lee Pace, Michael Rooker, Karen Gillan, Djimon Hounsou, John C. Reilly, Glenn Close, Benicio del Toro, Laura Haddock, Sean Gunn, Ophelia Lovibond
EEUU / 2014 / 121′
Productora: Marvel Studios / Marvel Enterprises / Moving Picture Company (MPC)
¡Por fin! ¿¡Cuánto hemos esperado para disfrutar de una digna sucesora de Star Wars!? ¿Cuánto? ¿30 años? Guardianes de la Galaxia es todo lo que una space-opera debe ser: héroes carismáticos, imperios galácticos que guerrean entre sí, terroríficos villanos, humor, acción y mucha, mucha aventura…
¡Por fin! ¿¡Cuánto hemos esperado para disfrutar de una digna sucesora de Star Wars!? ¿Cuánto? ¿30 años? Guardianes de la Galaxia es todo lo que una space-opera debe ser: héroes carismáticos, imperios galácticos que guerrean entre sí, terroríficos villanos, humor, acción y mucha, mucha aventura. J.J. Abrams estaría cometiendo un grave error si no tomara nota de esta película para su próxima incursión en el universo de los Jedi.
Lo acontecido en los últimos tiempos en Marvel Studios (el caso más reciente es la fuga de Edgar Wright de Ant-Man, pero no olvidemos, por ejemplo, la también silla caliente de Thor: El mundo oscuro, con cambios en la dirección y reshoots), tiene cierto reflejo en el film de Philip Kaufman Elegidos para la gloria (1983), o en la novela homónima de Tom Wolfe (1979). En aquella, los astronautas del Proyecto Mercury hacían un pulso a la NASA para exigirles tener el control de las naves espaciales que los llevaría hasta la órbita terrestre, pues las intenciones de los responsables del proyecto eran que las naves se pilotaran de forma automatizada. Volviendo a nuestro contexto, las disputas entre Marvel y sus directores a causa de la dirección creativa de los films, son evidentes. De ahí que el resultado obtenido por Guardianes de la Galaxia posea una pequeña carga simbólica. James Gunn, director con un ecléctico y personalísimo currículo que huye de cualquier convencionalismo (basta con echar un vistazo a Slither: La plaga [2006] o a sus guiones para las dos entregas de Scooby-Doo [2002-2004]), ha gozado de una enorme libertad para abordar el tono y enfoque de la historia. Esto se ha traducido en una obra de enorme frescura, que relativa los cánones del fantástico. Y, aunque sin renunciar a algunas constantes inviolables para los productos destinados al púlbico mayoritario, le aporta una capa de originalidad muy estimulante, generadora de un vastísimo mundo que daría pie a incontables historias.
Los Guardianes de la Galaxia fueron creados por Dan Abnett y Andy Lanning en 2008 (hay una encarnación anterior del grupo que data de 1969, escrita por Arnold Drake, pero sin relación alguna con esta) y su destino actual (tras un parón de casi tres años) corre a cargo de Brian Michael Bendis, uno de los puntales marvelitas junto a Jonathan Hickman o Jason Aaron. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que el film de James Gunn es un punto de arranque ideal para neófitos y espectadores casuales. Los Guardianes no gozan de la popularidad ni la historia de personajes como Capitán América o La Patrulla-X, por lo que da lo mismo si se conocen o no de antes. Cualquiera puede entrar en el relato y dejarse embriagar por ella. Además, muy pocos lectores veteranos de tebeos podrán sacar punta a los cansinos «esto no es así», «en el cómic era diferente», «el prota era más guapo en las viñetas». La historia de Los Guardianes de la Galaxia se está escribiendo ahora y gracias al film y la corta vida de la franquicia nos hace a todos partícipes de ella.
Pero mientras que no se le pueden poner pegas al traslado del medio gráfico al audiovisual, sí se le pueden (y deben) rendir alabanzas. Principalmente a la dinámica que se establece entre el quinteto protagonista, uno de los aspectos más interesantes de la colección de Bendis que se refleja de forma estupenda en la pantalla. Un gran activo teniendo en cuenta que dos de los cinco miembros del grupo (Groot y Rocket) son personajes integrados digitalmente. Las interacciones entre los personajes son divertidísimas, una continua lucha de egos en la que no faltan los chascarrillos o las pullas de unos a otros. Un equipo formado por tipos tan dispares que a la fuerza tienen que congeniar. Reg Poerscout-Edgerton y Sarah Finn han hecho un excelente trabajo en la elección del cast. Aunque no se le deben restar méritos a su director y coguionista, James Gunn, que ha sabido explotar el carisma de Peter Quill (Chris Pratt ha nacido para el papel, reescribiendo el concepto de antihéroe galáctico que tan bien sentaba al Harrison Ford de Star Wars) y de Racoon (Bradley Cooper se lo ha tenido que pasar en grande poniendo la voz a este inestable mapache). Mientras, Drax goza de protagonismo en su justa medida para que las carencias actorales de Dave Bautista no ensombrezcan su portentoso porte. Quizás la Gamora de Zoe Saldana sea el miembro del equipo más desaprovechado. Gunn se muestra un tanto frívolo con ella, marcando unos innecesarios intentos de flirteos entre Quill y la hija de Thanos, «obligado» por ser la única fémina del grupo. El personaje tiene la suficiente fuerza e independencia para verse lastrada por estas pinceladas que solo sirven para estereotipar roles de género.
La cohesión y familiaridad con la que se relaciona los Guardianes plantea una interesante (y preocupante) cuestión de cara al futuro del universo cinematográfico marvelita, más cuando todo hace indicar que en Los Vengadores 3 Quill y los suyos estarán implicados… ¿Cómo congeniarán ambos supergrupos en una aventura conjunta? Vistas las dinámicas de ambos en sus respectivos films, se hace difícil imaginar cómo podrán integrarse los Guardianes en un desestructurado grupo como los Vengadores, que solo luce en las escenas épicas y en relaciones de a dos. O a la inversa, ¿cómo encajaría un Hulk o una Viuda Negra en el grupo de forajidos? Son dos conceptos opuestos que hacen pensar que, en el caso de compartir créditos, lucharán en frentes distintos para no pisarse unos a otros.
Poco más se le puede exigir a una película que lo tiene todo. Más cercana a la ya citada hasta la extenuación Star Wars o la televisiva Firefly que ha sus hermanas superheroicas, Guardianes de la Galaxia tiene una vocación aventurera capaz de hacer las delicias de los hijos de los ochenta. Desprende un tono que hace imposible no echar la vista atrás a clásicos como Indiana Jones o Cazafantasmas, porque como en aquellas, Guardianes viste de ingenuidad y liviandad un argumento cargado de cinismo y (en este caso) relectura del sci-fi espacial. La socarronería de la apuesta marvelita es el complemento perfecto para una sesión doble con, por ejemplo, la mirada megalomana del Star Trek de Abrams, el otro título que ha reverdecido los laureles de las odiseas galácticas en el nuevo siglo.
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