Esta nueva edición de Panini Cómics de la franquicia mutante reunida en un único tomo en tapa blanda está resultando ser de lo más interesante. Es cierto que para quien siguiera más o menos todas las colecciones mes a mes en formato grapa no supone una excesiva diferencia, pero si aporta matices a tener muy en cuenta.
«¡Nos encantan los corazones rotos!«
¿En qué sentido? Precisamente en el de tenerlo recogido -en estricto orden de lectura- todo en un solo volumen, lo que ya condiciona la experiencia lectora. Al final, con las grapas, un mes podías despistarte con el orden o no leerlas todas del tirón. En este formato no hay margen de error respecto al orden, es el que es; y tampoco se presta a sesiones de lectura muy dilatadas en el tiempo. Seamos francos, ¿quién no devora un tomo de menos de 200 páginas en una o dos sesiones lectoras?
Esto lleva -ahí el principal matiz que aporta el formato- a que las conexiones y sinergias entre las diferentes colecciones se vean potenciadas, subrayando la idea de unidad de toda la franquicia. Siempre hay algún verso libre -en este caso el capítulo de Nuevos Mutantes por transcurrir su argumento en el espacio y el de Ángeles caídos por su condición de miniserie-, pero en general siempre hay detalles aquí y allá que dejan patente que todas las cabeceras habitan en un mismo espacio.
Claro, cuando dichos detalles hacen referencia a un hecho como el de la muerte de Charles Xavier (como vimos en el primer capítulo de X-Force, en el anterior volumen de Amanecer de X), dichas sinergias son aún más potentes. Hablamos de uno de los principales líderes de la nación krakoana. Así, mientras en X-Force se sigue con ese argumento en primer término, en Merodeadores, Patrulla-X y hasta Excalibur las alusiones se vuelven inevitables. Cada serie tiene su propia hoja de ruta, pero el diálogo entre ellas es constante. Algunas veces -como la citada- la conversación es explícita y otras… el lenguaje es más sutil. ¿Os acordáis de X de Espadas? Sus semillas se plantan aquí, y no tanto en Excalibur como en Patrulla-X.
Cuando Jonathan Hickman está metido en algún proyecto (aquí tanto como guionista de alguna de las series, como de una suerte de showrunner de la franquicia) conocer los hechos de antemano no desmerece la experiencia, más bien al contrario, aporta una perspectiva muy enriquecedora. Lo vimos cuando (re)descubrimos a sus imaginautas sabiendo que todo conduciría años después a sus Vengadores y las Secret Wars, y lo vemos ahora en este nuevo viaje por tierras krakoanas.
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