Las intenciones mostradas por Humberto Ramos y Mark Waid en los primeros números de Campeones pueden quedar solo en eso, en buenas intenciones. Al menos si nos tenemos que regir solo por lo acontecido en este nuevo cuaderno (editado por Panini Cómics).
El último episodio finalizaba con un cliffhanger de «altura» que prometía mucho. Más aún teniendo en cuenta las páginas que lo precedían, donde una voluntariosa Ms. Marvel hacia suya la lucha de unas mujeres musulmanas por su derecho a la educación. Bomba de humo. Los autores se apartan -de momento- del discurso social y abordan un relato de carácter episódico con el que poner a sus personajes en un membrete y seguir ahondando en la relación entre ellos a fin de cohesionar el grupo. Teniendo en cuenta el desarrollo que sigue esta grapa y lo que está por venir en el próximo capítulo (al final de cada cuaderno ofrecen un teaser a modo de avance de lo que deparará el siguiente), no sería descabellado pensar en que, salvo grandes sagas que condicionen el devenir cotidiano de la serie, lo que Waid y Ramos tienen en mente es ofrecer una colección con tramas más o menos sencillas, que puedan resolverse en unas pocas páginas. Cada grapa supondrá una aventura completa para el equipo.
Esta intención por parte de los autores no está nada mal, le otorga cierta identidad a la cabecera respecto a lo que se viene haciendo en otras colecciones y refuerza ese ánimo que han venido demostrando hasta ahora por recuperar un espíritu aventurero más clásico. Pero si bien es un punto diferenciador, también puede terminar jugando en su contra, ya que el lector más contemporáneo (al que apela precisamente Campeones) suele demandar una narrativa que funcione más a largo plazo, con tramas más complejas y duraderas en el tiempo. Y es que, en su deseo por ofrecer historias más sencillas y contenidas se dejan llevar por la pereza. Waid no se ha esforzado demasiado por armar bien el conflicto al que se enfrentan en esta grapa y la casualidad se hace excesivamente protagonista. Veremos que sucede en el futuro.
Aquí Waid y Ramos se enfrentan a otro reto, que no es otro que el de Inhumanos vs. Patrulla-X. Con Ms. Marvel y Cíclope en su equipo campeón, los autores no pueden ignorar los acontecimientos, pero lo hacen de una manera muy sutil, en apenas una viñeta dejan clara la postura de sus personajes y se desmarcan de la guerra entre familias marvelitas. Parece que cuanto más jóvenes son los héroes más sentido común tienen. Olé por ellos.
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