En el trío de capítulos que nos ocupan de la Capitana Marvel de Kelly Thompson descubrimos como se resuelve el primer arco argumental de la serie (ese en el que Carol y algunas aliadas han quedado atrapadas en una suerte de apocalíptica Manhattan machista) y nos sumergimos en el tie-in de la heroína con el evento Marvel de la temporada: La Guerra de los Reinos. Las complicaciones se amontonan en la vida de la vengadora.
«¿Qué, ya no haces chistes? Levántate si te atreves«
Capitana Marvel #5 pone el broche a Reentrada, que no solo liquida la amenaza del Hombre Nuclear, sino que sienta las bases de lo que será la colección a medio plazo. Ahí están, por ejemplo, el reinicio de la relación entre Carol y James Rhodes, la relación de amor-odio que parece despertar con el Daily Bugle o la misteriosa villana que ha puesto a nuestra protagonista en su objetivo. Thomps0n incluso va más allá. Viniendo de escribir las aventuras de Pícara al margen de la Patrulla-X ha encontrado en esta historia la oportunidad perfecta para cerrar viejas heridas y dejar la puerta abierta a explorar nuevos horizontes en los que (sin llegar a ser las mejores amigas) la tirria entre ambas sea cosa del pasado. Como carta de intenciones, Reentrada ha dejado muy buenas sensaciones.
Y antes de que podamos relajarnos, llega el peaje de los eventos, en donde Carol, en su posición predominante dentro del Universo Marvel, no puede hacerse a un lado. Así, además de su participación en la serie central y en otras colecciones como Los Vengadores, la Capitana debe enfrentarse a la Guerra de los Reinos en su propia cabecera, en una trama que aborda los números Capitana Marvel #6-7.
Ahora bien, este pequeño arco no pasará a la historia más que como una simple curiosidad. No tiene mayor trascendencia, ni en el día a día de Carol, ni en el evento del que se alimenta. De hecho, tampoco es nada original, explotando el manido conflicto del intercambio de cuerpos (que de forma más o menos tangencial se pudo ver en el anterior arco). Igual en unos años algún guionista hace algún guiño o escribe un comentario que aluda a lo aquí vivido, más como muestra de su conocimiento enciclopédico sobre el personaje que por otra cosa.
Aún así, si se le da una oportunidad a esta aventura, lo que nos encontramos es un relato bastante divertido, marcado por el humor habitual de Thompson y que explora la relación de Carol con Viuda Negra y con Doctor Extraño, llevando a las dos primeras a un escenario en el que la magia lleva la nota dominante. Escribiendo en modo piloto automático, la autora nos saca más de una sonrisa con esta lúdica lectura.
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