«Para que murieras tendrían que olvidarte«
Cuando hace años Jonathan Hickman se hizo cargo de Los Vengadores y los Nuevos Vengadores muchos de los lectores de alguna de estas dos cabeceras nos volvimos locos. Leer las dos colecciones no era esencial, pero sí muy necesario para comprender lo que estaba ocurriendo en el Universo Marvel con las Tierras que colisionaban y los esfuerzos de unos pocos por contener el colapso total de las realidades, que finalmente tendría lugar en las Secret Wars. Por el camino seríamos testigos de saltos temporales, de crossovers como el de Infinito y de una trama que cada vez nos obligaba a estar más y más atentos a lo que pasaba en ambas cabeceras. Era una ‘pesadez’ aquello de estar teniendo que comprarse el doble de cómics, pero el gran crossover que reescribió la historia de la Casa de las Ideas y de su Multiverso justificó el largo camino recorrido y, a día de hoy, sigo considerando que valió mucho la pena.
Así ocurre que, en el momento más oscuro para esta división de la editorial estadounidense, los mandamases marvelitas se la han decidido jugar a la carta que ya les funcionara cuando tocó trastocar las leyes de la continuidad. Y esta vez, al contrario que en la anterior, le han dado carta blanca al guionista: dos miniseries sólo para él para comenzar y una galaxia mutante a su disposición en cuanto esta historia llegue a su término. Todo para que Hickman pueda desarrollar su magia a gusto, para que de permita a sí mismo tejer una historia que reescriba las reglas de todo lo que conocemos acerca de los mutantes y sus aliados. Para que, en fin, logre hacer que los mutantes vuelvan a ser el centro del cosmos marvelita con vistas a su futuro regreso a la gran pantalla o, quién lo sabe en estos tiempos confusos, a alguna plataforma digital que yo me sé.
«Es un plan muy lineal… para un enemigo no lineal«
Lo más flipante está siendo la elección de protagonistas para su historia. Que Magneto y Xavier jugaran un papel importante es algo que no puede sorprender a muchos, el primero ha recorrido un largo camino de ida y vuelta hacia el heroísmo que lo ha transformado en uno de los personajes más profundos e interesantes de la Casa de las Ideas y el segundo ha protagonizado su propio regreso a la vida recientemente, para poder volver a estar disponible para este autor en concreto. Lo que ninguno nos esperábamos, y que nos dejó patidifusos en el binomio de números anterior, ha sido el papel crucial de Moira MacTaggert en la inmensa trama que está construyendo el autor. La genetista ha sido una eterna aliada de la Patrulla-X en general y de Xavier en particular, pero su aportación más importante parecía limitarse a haber engendrado al poderoso enemigo de los mutantes conocido como Proteus. Sin embargo, Hickman la rescata ahora y le dota de una historia y un trasfondo tan impresionantes como sencillos de encajar en lo que todos conocemos. Y a través de ello nos viene a decir que nada de lo que conocíamos está escrito en piedra, que piensa jugar con todos los juguetes que Marvel ha puesto a su alcance y que, al final, quedarán en nuestras manos aquellos que él considere dignos, pero lo harán con una historia y un universo nuevos y por descubrir.
Es una dulce tortura eso de tener que esperar semanas para leer cada nueva pareja de números (que, por cierto, en esta entrega se invierte su orden de lectura y deberemos pasar primero por Potencias de X #3 antes de leer Dinastía de X #3), pero eso no es sino otro indicativo de lo mucho que está molando leer estas colecciones. Hickman está haciendo magia en la galaxia mutante y es un auténtico deleite poder estar viviendo esta revolución en directo (aún con el ligero retardo con respecto a la edición norteamericana). Si no habíais empezado ya, estáis tardando demasiado en haceros con las colecciones mutantes de las que vamos a estar hablando durante años.
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