El Inmortal Hulk #11 (#86)

El Inmortal Hulk #11 (#86): La parada de los monstruos

El Inmortal Hulk #11 (#86)«Pero ya pasó el momento de los juegos«

 

Está Al Ewing empeñado en recuperar todas y cada una de las señas de identidad de Hulk… para pasarlas a continuación por su particular picadora  mental y escupirlas en El Inmortal Hulk como algo completamente nuevo y terrorífico. Ya vimos en el número anterior como el guionista recuperaba a una de las personalidades de Bruce Banner que más tiempo llevaban en barbecho, pero es en la entrega de este mes cuando asistimos a la particular interpretación de Ewing del terrorífico Joe Fixit, una de las versiones de Hulk más retorcidas que existen y el peor contrincante posible para el soldado que habían lanzado contra Banner sus enemigos.

 

Pero no sólo regresa el viejo Joe en este cómic, también lo hacen la Arpía (a la que ya vimos anteriormente, pero que ahora contemplamos en su siniestra totalidad) y la Abominación, que regresa a Marvel en una forma y con unos ‘modales’ que, aun integrándose a la perfección en el ambiente que Ewing le ha dado a la serie, resultan tan terroríficos que me han dejado sin palabras. Y es que el autor va saltando de un tipo de terror a otro tan rápidamente que marea y deja boquiabierto a todo aquel que cae en las garras de esta serie. Normal que se haya colado en el ‘top ten‘ de las más vendidas en Estados Unidos desde hace ya varios meses, lo que estamos leyendo aquí es pura, dura y retorcida creatividad. Y actos de este estilo suelen llevarse por delante a masas enfervorecidas de lectores. Aunque los premios Eisner de este año no hayan sabido reconocerlo.

 

«Ha estado usando mi cuerpo. Lo que es… inusual«

 

También comienza en este número (aunque, de nuevo, habíamos tenido algunos destellos en los anteriores) a hacerse con cierto grado de mando Banner. Sin embargo, más que mandar, lo que hace la versión humana de nuestro protagonista es asumir como propios los deseos de su lado monstruoso al que, recordemos, ha comenzado a conferir cierto grado de amor fraternal. Y hablando de relaciones padre-hijo, Joe Bennett le confiere a Bruce a partir del segundo capítulo de esta entrega un aspecto tan cercano al que tuviera su padre que no deja de constituir un elemento más para el terror. Máxime cuando acabamos de salir de una saga en la que Hulk ha viajado al mismísimo infierno para acabar con el progenitor de su receptáculo humano.

 

El Inmortal Hulk #11 (#86)

El Inmortal Hulk #11 (#86)

 

Resulta increíble que dé tanto yuyu una serie en la que el monstruo despiadado es, precisamente, el protagonista. Resulta abrumador que dé exactamente igual que haya luz del día o noche cerrada para infundirnos miedo. Y resulta esperanzador para la industria del cómic que Marvel haya decidido apostar tan fuerte por la aventura en la que se ha embarcado Al Ewing. Hasta el punto de poner al frente de las portadas de la colección al bueno de Alex Ross, que nos está dejando una galería para el recuerdo, con ilustraciones que van de lo icónico a lo terrorífico y que le hacen mucha justicia a una etapa que va camino de alcanzar (e incluso superar) a la imperecedera Planet Hulk de Greg Pak.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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