El Inmortal Hulk #20 (#95)

El Inmortal Hulk #20 (#95): Hulk Aplastado

El Inmortal Hulk #20 (#95)

«… y lo único que vi en sus ojos fue ira«

 

Al Ewing parece empeñado en no darnos un respiro. En los veinte números (españoles) que lleva nos ha aterrado con las historias de un Hulk diabólico que aparece de noche para castigar a los impuros, nos ha arrastrado a una violenta guerra contra los que tratan de aprovecharse de los poderes otorgados por la radiación gamma y nos ha enfrentado contra la sociedad de consumo y el liberalismo económico. Ahora, todas estas historias confluyen en una singular batalla entre el goliat esmeralda (empeñado en ‘destruir’ el mundo) y Roxxon, la megacorporación que se ha convertido en el blanco de las iras de nuestro protagonista. Ambas figuras mantienen una violenta partida de ajedrez en la que si se puede considerar que Hulk derribó una de las torres de Roxxon al acabar con sus servidores, ahora la empresa ha logrado un jaque con la aparición de Xemnu.

 

Dario Agger es un personaje al que es fácil odiar. Es ruin, violento, egoísta y avaricioso, pero, sobre todo, es inteligente. Y eso es lo que peor llevamos. Porque cuando un villano tiene todas estas ‘virtudes’ pero hace gala de alguna gran debilidad tendemos a mirarlo por encima del hombro, porque sabemos que, por más que triunfe en sus planes, siempre terminará mordiendo el polvo. Pero con Agger esto no se cumple. O al menos no del todo. El presidente de Roxxon siempre se las arregla para no sólo salir indemne de sus derrotas, sino para también sacar provecho de las mismas. Por eso estábamos disfrutando tanto del correctivo que le estaba aplicando Hulk. Y por eso se nos ha hecho un nudo en el estómago cuando el protagonista de esta serie ha encajado su primer golpe serio.

 

«Es como si supiera que estamos mirando«

 

Y esto vuelve a hablar maravillas de Ewing, porque a nuestro pesar estamos empatizando con un Hulk que pocas veces había estado tan cerca del ‘bando de los malos’. Deseamos que gane tanto como deseamos que alguien (no nosotros, que eso cansa mucho) ponga algo de orden en el loco mundo en el que vivimos, en el que es posible asfixiar a la sanidad y llorar porque se nos mueren los ciudadanos, o se permite que descerebrados sin interés por sus semejantes viertan mentiras a diestro y siniestro por las redes sociales. Pero no nos vale sólo con eso. Necesitamos que ese alguien sea el blanco de todos nuestros odios. Sí, habéis leído bien. Necesitamos odiar a nuestros salvadores tanto como necesitamos ser salvados.

 

El Inmortal Hulk #20 (#95)

El Inmortal Hulk #20 (#95)

 

Pensadlo bien. Xemnu viene acompañado por una areola de beatitud. Es blanco y puro. Es amable y simpático. Tiene que ser malo. Sin embargo, Hulk es feo, es áspero, violento y cruel. Hace lo que tiene que hacer y, en el mundo real más allá de las viñetas, lo despreciaríamos con todas nuestras fuerzas precisamente por ello en lugar de por sus modales. A Xemnu no, al otro Hulk lo adoraríamos, aunque la falacia que acompañara a su supuesto heroísmo fuera tan evidente que ya no pudiera ocultarse. Es como dijo el comisario Gordon de Gary Oldman allá por 2008, Hulk es la clase de monstruo que el mundo necesita, pero Xemnu es el falso ídolo que la humanidad se merece.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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