El Viejo Logan #66

El Viejo Logan #66: Atención a las señales

El Viejo Logan #66«¡Bola especial, pa’!«

 

Continuamos tachando nombres en la improvisada lista del Lobezno del futuro que imaginara Mark Millar. Lo de Bruce Banner no funcionó demasiado bien, más que nada porque los nombres de Banner y Hulk no parecen estar ya dentro de la misma esfera ahora que el Goliat Esmeralda se ha vuelto un poquito más Alucinante. Así que al viejo Logan le ha tocado retirarse para lamer sus heridas a uno de los pocos refugios que cree seguros dentro de este irreconocible pasado al que ha llegado a través de las Secret Wars: el piso que habitó a principios del siglo XXI Clint Barton en Brooklyn.

 

Pero, una vez más, el pasado no se termina de ajustar a lo que nuestro protagonista podría esperarse y pronto se encuentra con una flecha de Ojo de Halcón apuntándole a la cara, y, cómo no, me refiero a Kate Bishop. ¿Qué le ocurre a este pasado? ¿Por qué Banner ya no es Hulk? ¿Por qué hay dos Ojos de Halcón? ¿Y qué es eso de que Avalancha murió antes de poder dejar ciego a su único aliado en el futuro post-apocalítico del que procede? Las señales comienzan a amontonarse alrededor de Logan, indicándole que algo no es como debería ser en el pasado que quiere cambiar, pero quizás necesite algo más que un par de incoherencias para comenzar a entender que quizás este no sea el pasado al que imaginó que llegaría en su viaje.

 

«Pero eso es muy gordo para que se te pase, abuelo«

 

Jeff Lemire sigue con Logan un camino muy similar al que llevó con Green Arrow en la Distinguida Competencia. El autor mezcla los flashbacks de los cincuenta años que pasaron desde la rebelión de los villanos y hasta el comienzo de las aventuras del Viejo Logan, con una historia actual en la que el protagonista se ve forzado a reinventarse para adaptarse a unas condiciones que distan mucho de ser a las que él inicialmente pensó que se enfrentaba. La cacería de Logan debe terminar tarde o temprano, pero eso quiere decir que hay que purgar al personaje de lo antiguo e imbuirle en una nueva serie de objetivos que le permitan seguir caminando hacia adelante cuando no está involucrado en las tramas de la Extraordinaria Patrulla-X.

 

El Viejo Logan #66

El Viejo Logan #66

 

Junto a Lemire, Andrea Sorrentino se permite jugar cada vez más con las viñetas y la organización del cómic, tal y como hiciera ya en su anterior época al frente del arquero esmeralda. Me resulta fascinante como este dibujante pasa de plasmar escenas violentas e irreales para luego, con un simple (pero estudiado) juego de sombras, plantarte en la cara un rostro que refleje a las claras la derrota y la desesperación. Considero que no ya en su manera de dibujar, sino en su forma de jugar con las luces y los colores, Sorrentino es uno de los grandes descubrimientos artísticos de lo que llevamos de siglo. Y está dando forma a una de las etapas más interesantes de la historia del mutante de las garras de adamántium. Ahí es nada chavales.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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