«Necesito tomarme un permiso de la Patrulla-X«
Esperaba con ansiedad este cómic. Una vez dejada atrás la primera saga, que introducía al personaje en el entorno desconocido del Nuevo Universo Marvel, había que ver hacia dónde decidía llevar la serie Jeff Lemire. Estaba claro que el pasado (futuro) de Logan iba a influir mucho en esta dirección, pero ante lo variado de los destinos clásicos del mutante de las garras costaba decantarse por un argumento en concreto.
Al final el guionista ha demostrado una vez más su inteligencia guiando los pasos del protagonista hacia Canadá y la sede de lo que se terminaría por convertir en la sede del proyecto Arma-X (primero) y la Escuela Charles Xavier que fundara el terrorista Cíclope (después). Allí Logan no busca unas respuestas que ya hace tiempo que conoce o que dejaron de importarle, sino proteger a alguien a quien ya no está destinado a conocer, pero a quien puede ahorrarle multitud de sufrimientos innecesarios: su ya no futura esposa Maureen.
«Soy el mejor para encontrar Burgers«
Este pasado por llegar (o este futuro que nunca ocurrirá) le está dando mucho juego a Lemire, quien se dedica a contarnos ambas historias, la actual y la que rellena los huecos del relato de Mark Millar, logrando por el camino construir un relato firme e interesante e ir poniendo los ladrillos sobre los que se asiente esta nueva-vieja versión del mutante que tanto nos gusta. El Viejo Logan se debate entre la experiencia que le dice que muchas muertes pesan sobre sus hombros y la certeza de que en la línea temporal en la que ha ido a caer esto nunca tendrá que haber ocurrido (aunque podría llegar a suceder, como se encargan de recordarnos al final de la saga de Punto Muerto).
Este nuevo arco, titulado Fronterizo, le pone al fin voz a la nueva serie en solitario de Lobezno. Lemire juega la carta de un futuro entero todavía por escribir y nos presenta a una galería de personajes que no hacen sino sumar enteros a la lista de motivos por los que no deberíais perderos El Viejo Logan si queréis disfrutar plenamente de este universo recién remozado y aún por estrenar. De nuevo, este Logan vuelve a postular como uno de los personajes más carismáticos de la Casa de las Ideas y no ha necesitado para ello grandes aspavientos, sólo una historia que enamore y los sensacionales trazos de Andrea Sorrentino, uno de mis dibujantes favoritos de la actualidad.
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