«A Thena se le dan bien muchas cosas, aunque no todo«

Por fin comienzo a leer algo con una cierta estructura en la serie de los Eternos de Kieron Gillen. Los orígenes, poderes y destino de estos personajes marvelitas siguen resultando un misterio para quienes no les conozcamos previamente, pero al menos ya se puede observar una trama (los Eternos están muriendo a manos de un agresor desconocido), un conflicto (la máquina que los resucita una y otra vez está averiada) y un par de líneas argumentales que seguir. Ahora, aunque los personajes y sus nombres sigan vagando en nuestros cerebros sin demasiada concreción, ya tenemos algo a lo que agarrarnos, algo que nos haga engancharnos a esta serie mientras esperamos a que la película termine por afianzar los conceptos en nuestro interior.

La premisa es sencilla y se basa en dos conceptos: Uno es que los Eternos (como está ocurriendo actualmente con los mutantes) siempre vuelven de la muerte. El otro es que este ciclo de muerte y resurrección se ha visto interrumpido y que alguien es muy consciente de ello y lo está utilizando a su favor para ir aniquilando a los Eternos. Con esto en la cabeza podemos unirnos ya a las distintas partidas de investigación y caza que se han montado para la ocasión. Y, una vez dentro de ellas, podemos comenzar a conocer a los personajes mediante el ya clásico método de los flashbacks. Conocemos así algo más de Ikaris (Ícaro) o Thena (Atenea) y vemos las similitudes y las diferencias de ambos con sus contrapartidas de la mitología griega.

«Si no amaras con el corazón, probablemente habrías visto venir esto«

Estamos, de alguna forma, con los dioses de un panteón olvidado que un buen día despiertan a un mundo que ya no sabe de ellos ni los necesita. En medio de este panorama desolador algo comienza a acabar con ellos y, de pronto, les se ven obligados a protegerse y actuar dejando de lado su precaria situación existencial. Pero esta situación regresará cuando termine esta trama y, lejos de haberse solucionado, tiene pinta de ir a agravarse cada vez más y más. Puede que las muertes se vean frenadas, puede que el ciclo de resurrecciones se restablezca, pero la función de los Eternos en el Universo Marvel es tan incierta en los cómics como en la película que está aún por estrenar y ha necesariamente de ser redefinida.

Eternos #3

A todo esto, en este número regresan al mundo del cómic los Desviantes, los clásicos enemigos de los Eternos, pero lo hacen casi como una nota a pie de página. Se nos explica en un par de páginas muy locas que se cuentan ahora por millones, pero no se les da auténtica importancia, más allá de dejar clara su mortalidad y la fascinación que ésta produce en personajes como el de Thena. Sobre si jugarán un papel más importante o no en el futuro es algo que deberá aclarar Gillen en los próximos números de la colección. Aunque quizás primero hay que atrapar al asesino que ha traicionado a los suyos…