Eternos #9

Eternos #9: Larga vida al tirano electo

Eternos #9«Me alegra que estemos de acuerdo. Es una idea horrible. Hagámoslo«

 

Hace ya casi un año que me mudé de una gran ciudad a un pueblo aprovechándome de eso del teletrabajo. Y aquí, en la España profunda, a unos veinte o treinta metros escasos de la Guardia Civil, tienen unos ninis fascistas su piso decorado con banderas con el aguilucho, alguna carlista de cuando en cuando (las tienen que ir renovando porque, como no las lavan, están colgadas hasta que parecen un trapo sucio), etcétera. Y muchas mañanas, cuando paso bajo su balcón, me imagino a los partidos políticos a los que a buen seguro apoyan ganando (Dios no lo quiera) las elecciones y, por supuesto, olvidándose de ellos para rodearse de quienes de verdad les importan: los ricos y poderosos. ¿O acaso se iban a juntar con otra gente? ¿Cuántos de estos ‘grandes defensores del pueblo’ han vivido con un sueldo de mileurista alguna vez en su vida?

 

Y, sin embargo, se les vota. Y no es poca gente, porque cincuenta y dos diputados en el Congreso no se sacan por un par de puñados de votos. Hay una cantidad considerable de personas que, tras sentarse a reflexionar, han pensado que esta gente sí. Que estos serán los que eviten su caída en la pobreza. Y esto no se explica por un único factor. No es sólo la manipulación mediática, que la hay. No es sólo la presencia y el uso experto de las redes sociales, que lo hay. No basta para explicar todo esto con ver los problemas que son propios de una España integrada en una serie de organismos superiores como la OTAN o la Unión Europea y que terminan afectando al más común de los ciudadanos. Ni son solamente las corruptelas y los liderazgos de pacotilla de los partidos tradicionales los que abocan a que la gente vote a partidos ‘alternativos’. Es todo lo anterior. Y más cosas que me dejo en el tintero o que, simplemente, no se me han ocurrido. Pero que terminan conduciendo a que gente con tan pocas luces como Boris Johnson llegue al gobierno de uno de los países más potentes de Europa o a que tarados del calibre de Donald Trump dirijan una de las principales potencias nucleares del mundo… Y eso sin detenerme a hablar sobre Rusia, o sobre Hungría…

 

«Mi trabajo más reciente ha consistido básicamente en asesinar Eternos. ¿En serio votarán por mí?«

 

Los Eternos han descubierto, en el primer arco argumental de la serie que escribe Kieron Gillen y que publica Panini en España, que por cada vez que ellos mueren y resucitan, un humano ha de morir para facilitar su regreso, a modo de combustible para la máquina que los hace seguir vivos milenios después de su llegada a la Tierra. Esta revelación ha trastornado a algunos y ha hecho que otros comiencen a mirarse al ombligo y, entre todo esto, Thanos y Druig se han asociado para tratar de hacerse con la primacía sobre los Eternos para lograr que el primero de ambos entre en el ciclo infinito de resurrecciones que siempre ha anhelado y que el segundo obtenga un puesto de poder a la sombra de éste. Sólo que Thanos nunca ha sido de los que le dan caprichitos a las serpientes y los votos que Druig le consiga en su pelea por el puesto de Eterno Supremo no van a serle devueltos en forma de favores ni a corto ni a medio ni a largo plazo.

 

Eternos #9

Eternos #9

 

Vemos estos días lo mismo en el cine en la tercera entrega de la saga de Animales Fantásticos. En ella un mago y una bruja se disputan el liderazgo del mundo mágico cuando un tercero, un criminal que no oculta sus ideas supremacistas, llega a disputarles el puesto. Y para ello amaña una elección, pero a nadie parece importarle. Y a todo el mundo le parece bien que se presente y, claro, tienen que ir los protagonistas a impugnar las elecciones por el método del cervatillo renqueante. Cosas de magos.

 

O, quizás, sea que cada vez más gente es consciente de lo terriblemente manipulables que somos los humanos y cada vez haya más altavoces desde los que se denuncie esta miserable realidad.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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