X de espadas llama ya a nuestra puerta. Aún quedan un par de entregas de Amanecer de X para dar paso al siguiente capítulo de la épica que está construyendo Jonathan Hickman alrededor de los mutantes, pero ya nos resulta imposible no ver pistas y señales en todas partes. Aunque no las haya. Más aún en una serie como esta, Excalibur, cuya guionista trabajará mano a mano en el desarrollo de la aventura que está por venir.
«¡Ni siquiera estaba cerrado con llave!«
Raro sería que la dama Saturnina y sus seguidoras no jueguen un papel importante en el futuro a corto-medio plazo de la Patrulla-X, que se encamina hacia un arco en el que la magia jugará un papel importante, de ahí que sea importante lo que sucede en esta colección. Excalibur #8 viene a ser un número de transición. Después de la batalla toca reagruparse y preparar un nuevo plan de acción. Justo eso es lo que Tini Howard nos ofrece en estas páginas. Shogo y Júbilo se recuperan de la última pelea, mientras que la Capitana Britania y el resto de componentes de Excalibur tienen la vista puesta en el siguiente envite.
Como viene siendo la tónica habitual en los últimos tiempos, Apocalipsis tiene una agenda oculta de la que nos deja ver bastante poco, lo que ha terminado derivando en uno de los mayores aciertos de la colección, pues siempre supone un foco de interés. ¿Qué esconderá Apocalipsis? ¿Cuándo revelará sus auténticas intenciones? Como personaje es una bomba que podría estallar en cualquier momento.
Ese es uno. El otro es la dualidad de Betsy Braddock como mutante y Capitana Britania; aspecto que hemos tratado en otras reseñas, pero que número a número sigue dejando interesantes pasajes que no hacen sino convertir a la lideresa de esta cabecera en uno de los personajes con más recorrido de toda la franquicia mutante. Mes a mes Howard ha conseguido convencer y hacer de Excalibur una de las apuestas seguras de la Marvel actual.
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