«¡Enséñale al mundo qué nos hacen esos monstruos!«
Prosigue (y termina) la incursión de los Nuevos Mutantes en Carnelia. El viaje de los ‘bebés X‘ por esta imaginaria república nos deja con una nueva adición para las filas de Krakoa, con unos cuantos personajes algo tocados y con una última misión que cumplir antes de que esta cabecera se funda con el primer evento de esta nueva era mutante (X de Espadas) y tengamos que volver a analizar a los autores al frente de la colección. Dado que la historia que se nos viene encima me parece lo suficientemente interesante como para que la reseña de rigor verse directamente sobre ella, quizás sea ahora el momento de echar la vista atrás y ver qué ha supuesto el paso de Ed Brisson por esta parte del universo mutante hasta el momento.
Lo cierto es que con Brisson siempre he partido con el prejuicio de lo poco que me gustó su paso por la serie de Viejo Logan. Verdad es que después envío de vuelta a la Patrulla-X original al pasado sin que yo terminara odiando demasiado el evento, pero me cuesta confiar plenamente en su obra. Sin embargo, al frente de este producto de (en principio) puro divertimento, lo encuentro suelto y a gusto. Y las historias se ven beneficiadas de ello. Puede que lo que se nos esté contando no tenga mayor repercusión de la que ya tiene para los personajes involucrados, pero lo que leo no me parece descabellado y, además, desprende un aroma muy similar al de las historias que ya protagonizara este grupo de mutantes en el pasado.
«Sólo queremos ayudar«
Hemos tenido a lo largo de estos últimos meses a un equipo variable de jóvenes mutantes con más voluntad que sabiduría a la hora de hacer cosas por sus congéneres y por el mundo. Nada nuevo bajo el sol, pensaréis, pero justo lo que necesita leer todo adolescente aficionado a los cómics que sienta, en ocasiones, que quiere hacer muchas cosas y que note como le sobrepasan. O lo que va a reconfortar a esa otra aficionada al mundo de las viñetas que, en su llena de energía adolescencia, siente como que cada vez que toma una decisión, acaba metiendo la pata. Estos Nuevos Mutantes buscan (y logran) conectar con una parte de la masa lectora de la editorial de la que a veces los lectores de unos años más nos terminamos por olvidar, pero que es el principal motor de creación de nuevos adictos a la Casa de las Ideas y que se merece más creaciones de este tipo.
Visto desde esta perspectiva, el cómic de Brisson, que poco o nada tiene que ver con la parte de Nuevos Mutantes que ha escrito el propio Jonathan Hickman (y cuyas historias ya continuarán más adelante), se percibe como una agradable serie de aventuras localizadas en el contexto de Amanecer de X. Eso si no tiene mayor repercusión la aparición de Tashi / Cosmar, cuyos poderes aún están por definirse, pero que me parecen de lo más interesante (por cierto, ‘coșmar‘ en rumano significa… pesadilla, efectivamente). En ese caso, Brisson se habrá encargado de crear una inercia para estos personajes y de allanar el camino para tramas que aún están por llegar y que, de momento, deben andar enterradas en lo más profundo de la mente tras esta apasionante etapa para los mutantes.
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