«Ahora que he captado vuestra atención permitidme que…«

Tanto Gamora como la primera batalla de consideración llegan a los cuatro meses de haber comenzado la etapa de Donny Cates al frente de Guardianes de la Galaxia. Calmadas las circunstancias que llevaron a la formación del grupo en los primeros números, el regreso de la asesina más mortífera de la galaxia era inevitable. Sorprende quizás un poco más su situación y el misterio que nos planta el guionista en torno a Mapache Cohete (buena manera de seguir enganchándonos de cara al futuro de la colección). En cuanto a esta primera batalla, pese a su inevitabilidad, va a condicionar buena parte del devenir de la serie a partir de ahora. Sobre todo por cómo se resuelve y lo que ello va a traer consigo (recordemos que Hela está en el #TeamThanos).

Lo que está claro es que, con la muerte de Drax y la desbandada de los miembros originales de la banda, Cates ha tenido que reestructurar el equipo para repetir los roles de manera que el equipo no pierda su alma de inadaptados, pero haciéndolos divergir lo suficiente como para que todos podamos identificar a estos Guardianes como los del guionista. Así, de una manera hasta divertida, Groot y Quill han intercambiado los papeles (convirtiéndose la versión punki del hombre-árbol en el nuevo líder) mientras que Bill Rayos Beta ha asumido la función de ‘mazacote’ dentro y fuera del campo de batalla que tuviera el Destructor en su época. Dragón Lunar y Phyla-Vell vendrían a ser las sustitutas de Gamora, pero ahora que ésta ha regresado… Veremos. Quedaría por saber qué pasa con el Motorista Fantasma Cósmico, contraparte natural del incorrecto Mapache Cohete, pero actualmente militando en las filas de los Guardianes Oscuros de Eros.

«¿Acabas de decirme que me vaya a mi cuarto?«

Volviendo al tema de la batalla de este capítulo, también sirve para dejar claras las intenciones del guionista. Al igual que ha ocurrido en sus trabajos anteriores en Thanos y Motorista Fantasma Cósmico, Cates no es de los que se entretienen en largos preludios y nos lanza directamente a una acción que ya ha sido ciertamente frenética desde la primera entrega y que ahora alcanza una nueva cota de intensidad. Es su estilo y seguramente sea ello, en parte, lo que le ha valido el ticket de entrada en esta serie. Aún con los papeles tan agitados de sus miembros, el movimiento que hace el guionista (y que me sorprendería mucho que no subiera a una apuesta aún mayor en Guardianes de la Galaxia #5 (#68)) no asegura que en esta serie no nos vamos a andar con chiquitas. Ya no hace falta presentar a unos personajes que el cine y los últimos años editoriales han desarrollado en profundidad y sí que es necesario enfrentarlos a nuevos retos que conduzcan, o no, a la reunión del antiguo grupo, pero con un grado más de frescura.

Guardianes de la Galaxia #4 (#67)

Nos encontramos en la parte cuatro de seis del actual arco argumental (si nos fiamos de los datos que nos ofrece Panini en la contraportada), lo cual nos viene a decir que quedan dos entregas para un nuevo giro de guión de calado. Ya sea por la eliminación de Gamora de la lista de sospechosos habituales elaborada por Eros y los suyos o ya sea por un cambio más o menos definitivo en la formación que maneja Cates. Sea como fuere, el guionista no nos va a dejar respirar tranquilos hasta dentro de, al menos, dos meses (y entonces lo más seguro es que nos lance hacia una nueva carrera loca a través del cosmos). Lo que me queda claro con cada nuevo número de esta colección es que a Donny le han dado la serie y le han dicho que haga lo que mejor sabe hacer, con total libertad de movimientos.

Vamos a disfrutar con esto de lo lindo.