«Haré que la costa arda hasta quedar reducida a cenizas«
Con lo que habíamos visto hasta el momento, era tan sólo cuestión de tiempo que Gamora tomase consciencia de dos cosas: A) que su padre se encuentra prisionero en la Tierra y B) que Peter Quill ha sabido de esta realidad por la Capitana Marvel y se ha negado a revelar dicha información a su aliada y amiga. Los resultados de esta doble iluminación los vemos en un número que pone fin al cruce de Guardianes de la Galaxia con Civil War II y que da paso a la última saga que escribirá Brian Michael Bendis para la colección que ha abierto las puertas del espacio a la Casa de las Ideas una vez más.
Las mentiras y los engaños de la segunda guerra civil superheroica nos dejan con un profundo cisma en el grupo que menos dado es a resolver sus conflictos con diplomacia. Con todo, tras lo ocurrido con Infinity, cualquiera habría pensado que Peter habría preferido otro camino a la hora de tratar el tema de Thanos. Porque ahora la historia se repite y sólo un acontecimiento verdaderamente catastrófico podría volver a reunir a los compañeros. Y lo digo de forma nada gratuita, estamos a pocos meses del estreno de la segunda parte de la versión cinematográfica del grupo y a un lapso sólo un poco mayor de que el Titán Loco comience a sembrar el terror entre los personajes que Marvel Studios ha ido plantando a lo largo de los años. sus contrapartidas comiqueras han de funcionar como un mecanismo bien engrasado para entonces, lo cual quiere decir que la pregunta no es qué ocurrirá para revertir esta situación, sino cuándo.
«¡Crucé la galaxia para dar la vida por tu causa!«
Visto esto, y con el pequeño paréntesis que supondrá el número de marzo de la colección (centrado en Venom), nos esperan unos meses interesantes en los que Bendis desarrollará a sus personajes en la sucia, desigual y atrasada Tierra. Kitty (que aún no ha tenido noticias de la nube terrígena) y Star-Lord probablemente se vean involucrados en la guerra en ciernes entre mutantes e inhumanos, Groot y Cohete seguirán desarrollando sus aventuras en el planeta que más de los nervios pone al mapache, Gamora sabemos que seguirá buscando a su padre (¿quizás en compañía de Drax?) y Angela, Venom y la Cosa probablemente vuelvan a escenarios en los que se sienten cómodos, lo cual será relativamente fácil para los dos primeros (¿se han encontrado Angela y la nueva Thor ya?), pero supondrá probablemente un duro golpe para Ben Grimm, a quien habíamos visto 100% feliz por primera vez en mucho tiempo navegando por el espacio con sus amigos.
Por muy interesante que vaya a ser esta etapa de los Guardianes en la Tierra, el lugar al que este grupo pertenece es el espacio y sólo espero dos cosas de esta etapa: que dure lo justo y necesario para reconstruir los puentes que se han derribado en este número y que quienes recojan el testigo de Bendis sepan dotar a esta serie de la magia que ha tenido durante los más de cincuenta números que habrá alcanzado en España para cuando el responsable de algunos de los eventos más importantes de Marvel de las últimas décadas decida de nuevo cambiar de aires y poner el foco de su genialidad en otra colección.
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