«Esta casa es mía. No le dejo que venga aquí«
Interesante, que no inesperado, giro de guión en el penúltimo número de Guerras del Infinito. Cuando parecía que todo el pescado estaba vendido y que la batalla final se produciría entre Réquiem y los improbables Vengadores de Loki, por un lado, y Devondra y los Vengadores Trenzados por el otro, va Gerry Duggan y se marca un ‘plot twist‘ a lo marvelita que deja no sólo las cosas más abiertas que nunca de cara a este mes de abril, sino que abre un nuevo e interesante frente que explorar y que sirve, a la vez, para unir lo ocurrido en Guardianes de la Galaxia, este crossover y lo que leímos en el primer arco de los Vengadores de Jason Aaron.
Se podrá criticar a Marvel por haber renunciado al espíritu de Marvel Now! Se le podrá decir que Legacy le ha durado lo que un caramelo a la puerta de un colegio (ha permanecido lo justo para celebrar un par de aniversarios de personajes jugosos). Y se le podrá echar en cara lo rápido que han vuelto a la dinámica de los eventos y los crossovers (cerramos este y ya estamos a las puertas de la Guerra de los Reinos). Pero no se puede negar que en la Casa de las Ideas saben como crear historias interesantes a base de retorcer los argumentos que hemos leído decenas de veces. Las Gemas del Infinito ha sido las protagonistas de mil y un relatos y, sin embargo, son el centro aquí de una batalla completamente nueva. Loki, por su parte, siempre ha sido un personaje controvertido, pero en esta saga va un poquito más allá en su eterno juego de la ilusión y el engaño.
«Con lo que no sabes se llenaría una biblioteca«
Visto lo que ocurre en este número mucho me temo que los Guardianes de la Galaxia cambiarán de formación por imposición. Ya sabíamos que no todos saldrían bien parados de este cruce de series (y cualquier hijo de vecino puede buscar en Google a los integrantes del nuevo equipo), pero es que hay, a mí entender, dos personajes que tienen muy complicado su regreso a la normalidad cuando todo esto acabe: Gamora lo es por razones obvias (aunque se abre en esta entrega una posibilidad que me tiene intrigado) y Drax, con todo lo que lo ha cambiado Duggan, tiene también poca pinta de regresar a la normalidad, por mucho que recupere su antiguo aspecto (si es que esto ocurre en el número que está por llegar). Esto va a dar lugar a unos espacios vacíos que se van a ocupar con algunas de las promesas más interesantes de la Marvel cósmica, pero sigue sin quedarme claro lo que motivará la unión del nuevo equipo. Ya era débil la unidad entre los integrantes clásicos de esta banda y me cuesta imaginar qué es lo que hará que el nuevo grupo actúe como tal.
He de remarcar, para finalizar este artículo, lo bien que se suceden en este cómic los momentos de humor más típicos de su guionista con otros de pura épica. Todo ello aliñado con la maestría de Mike Deodato Jr., que se marca ilustraciones de batalla fantásticas seguidas de escenas como la que precede a estas líneas y que os sugiero que busquéis a página completa. El universo marvelita que emerja de este evento no va a ser uno tan afectado por sus acontecimientos como podríamos haber pensado en un principio (más parece que va a pesar la cada vez más próxima saga del dios del Trueno), pero lo que nos está quedando es, sin duda, una historia muy digna y entretenida de leer ahora que tenemos tiempo en Semana Santa.
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