«Es una niebla. No es muy distinta del gas«

Tras presentarles en el número #47 de la colección, habíamos dejado un poco de lado a los integrantes del nuevo equipo de Magneto que aspiran a convertirse en una nueva fase de la archiconocida Fuerza-X (aunque se disfracen bajo el conveniente nombre de Imposible Patrulla-X). Y no deberíamos, porque su primera saga nos lleva de cabeza al primer crossover mutante del nuevo y diferente universo Marvel: las Guerras de Apocalipsis. No en vano los villanos de esta primera etapa se hacen llamar Jinetes Oscuros y hablan constantemente de llamar la atención de un determinado ‘señor’.

Pero, un momento. ¿Se abandona la trama de los mutantes que elegían la suspensión de sus vidas hasta el paso de las nieblas terrígenas en favor del enfrentamiento con estos nuevos enemigos? Pues sí y no. Cierto que al grupo principal lo vemos a lo largo de los tres números que nos ocupan hoy lidiando con estos asesinos de curanderos que abogan por la supervivencia de los más fuertes, pero Cullen Bunn no quiere dejar algo tan jugoso como la corporación Someday en la cuneta y aprovecha para mantener viva esa llama la inclusión de los dos últimos integrantes del equipo de Magneto que aún nos faltaba por conocer: Mística (con Magneto y Dientes de Sable no podía faltar, sólo queda Sapo) y el inimitable y por fin reunido consigo mismo (decidme que vosotros también detestábais su división en tres) Fantomex.

«Piensan que están en alguna cruzada santa«

Junto con estos dos maestros de la ocultación y el espionaje vuelve otro de los clásicos del universo mutante: el Club del Fuego Infernal, cuyos soldaditos con máscaras vuelven a escena para ayudar a estos dos a investigar la verdad tras el aparente desinterés de esta corporación. Y es que sí, Fantomex y Mística trabajan para un patrón diferente al que lidera a la Patrulla-X. ¿Qué ocurrirá cuando los caminos de Magneto y del Fuego Infernal se crucen? Lo veremos más pronto que tarde.

Imposible Patrulla-X #49

Por el momento ya nos quedan más que claras las intenciones de Bunn con la colección. Magneto no va a ser la máquina despiadada de matar que nos ofreció el guionista justo antes de las Secret Wars, pero tampoco va a ser el Erik que se hacía a un lado en favor de la nueva sangre mutante. Magneto ha decidido salvar a los mutantes a su manera, tanto si les gusta como si no y sin importar la magnitud de los enemigos que haga a su paso. Entre tanto seguirá pesando parte de lo que se nos contó en la etapa anterior (y es que Magnus no ha recuperado del todo sus poderes y esto le va a terminar pasando factura) y deberemos acostumbrarnos a una serie algo más ruda y violenta de lo que nos tenían acostumbrados las otras formaciones mutantes. No en vano Magneto se ha rodeado de los más peligrosos ‘bad-ass‘ del panorama mutante. A ver hacia dónde nos conduce la locura.