«Ah, por desgracia… secundo esa moción»
La premisa -hacer que Siniestro y sus infernales boicotearan la participación de Arakko en la contienda mutante- resultaba muy atractiva, pero con pocas posibilidades de cuajar. Al final, el guionista se enreda con sus propios planes: presenta a unos personajes que no sabremos si volveremos a ver y marca el rumbo de las próximas entregas de su serie. Por lo demás, es un capítulo de completo relleno, innecesario para un evento que ya es largo de por sí. Va tanto a su aire que Gerry Duggan, en el segundo capítulo de la grapa (que corresponde a la serie de Cable), debe ocupar las primeras páginas del mismo a recolocar a Siniestro en el contexto de X de Espadas.
A partir de ahí llegamos a uno de los episodios más destacados del evento, pues avanza ya cuál será el clímax del mismo. Duggan tiene la tarea de acotar el foco de acción y preparar el terreno para que Hickman y Howard apuntalen el evento con su gran final. Personajes como Gorgón o Cíclope, bastante desaparecidos hasta el momento, tienen la ocasión de reivindicarse. Y mientras el primero no regala uno de los duelos más apasionantes de X de Espadas, el segundo -en compañía de Jean Grey- muestra su faceta parental, una que sigue sin encajar del todo con este Cable adolescente al que le faltan unas cuantas batallas para acercarse al carisma que destilaba su versión adulta.
Para el final, una fantástica doble página en cuatro viñetas de Phil Noto que sintetiza una de las claves sobre las que ha girado el evento y un cuadro que toma por título «Registro de batalla» y que resume todos los duelos disputados entre Arakko y Krakoa y sus resultados. No aporta a la trama, pero es una curiosidad ciertamente divertida.
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