Llevábamos ya un tiempo esperando que la serie estrella de Charles Soule despegara de una vez. El autor cuyo paso por DC (con importantes contribuciones para La Cosa del Pantano y Superman/Wonder Woman) puso todos los focos sobre él y significó su fichaje por Marvel para la nueva y flamante serie de Hulka así como para los importantes encargos de La Muerte de Lobezno (que ha finalizado de manera más que correcta) y la apuesta de futuro que es la serie que nos ocupa hoy. Pues bien, mientras que en las otras dos colecciones su calidad se ha hecho evidente enseguida, a Inhumano aún le faltaba algo que enganchara al cien por cien.
Parece ser que, con una serie regular en sus manos, Soule se ha querido dar algo más de tiempo para ir plantando a los diversos nuevos personajes y cocinando las tramas que quiere ir desarrollando hasta que su camino en esta serie termine. Así, hasta el momento hemos visto poco más que un reclutamiento lento pero constante de nuevos inhumanos, como Inferno, y no es hasta ahora, con las dos breves sagas de las que nos vamos a ocupar, que la colección comienza a avanzar en una dirección concreta… y bastante interesante.
«Sinceramente, no soy mucho de inclinarme«
Comenzamos donde nos quedamos en Inhumano #5. El Innombrable ha vuelto y le ofrece a Medusa una alianza que tiene de todo menos de tentadora. Panini agrupa en Inhumano #6 los dos números que agrupan esta aventura que cerrará las puertas de Nuevo Attilan y obligará a los neófitos Inferno, Jason y Naja (que hace aquí su primera aparición) a hacer buen uso de sus habilidades por primera vez más allá de la supervisión de sus «mayores».
Esta breve aventura nos sirve para tomar consciencia del alcance de los poderes del joven Dante, sí, pero sobre todo sirve para ir cohesionando al equipo que pueden llegar a formar los nuevos inhumanos. Hasta ahora Inferno se había limitado a aceptar lo que iba llegando mientras que Jason (sin nombre alternativo aún) se ha dejado conducir por unos y por otros, ahora toca comenzar a moverse por amistad y lealtad a los compañeros y esto va a beneficiar definitivamente a la colección que escribe Soule.
«Para bien o para mal, éste es ahora nuestro hogar«
En Inhumano #7 da comienzo una saga en la que se comienzan a decir palabras mayores. La desaparición de Rayo Negro llevaba siendo un misterio para los seguidores de esta serie desde su primer número (a no ser que estos también fueran lectores de los Nuevos Vengadores), pero ahora que la colección de Jonathan Hickman se encuentra en pleno precipicio hacia las Secret Wars ha llegado el momento de que Soule nos cuente qué ha sido de los hermanos Boltagon. Y la manera de traerlos de nuevo al escenario es en una historia contada con dos puntos de vista, uno de los cuales es el de la pareja de «policías» que forman los agentes Auran y Nur (o Frank McGee), que nos deleitan con un relato policíaco del que destaca la relación entre ambos, muy del estilo de las que vemos a menudo en las televisivas Castle, Bones, El Mentalista…
El otro punto de vista es el de Maximus. El hermano loco de Rayo Negro tiene preso al rey de los inhumanos y, dado que ambos conocen el destino de la Tierra, ha decidido pasar los últimos meses sobre ella viviendo a su estilo y manejando a su hermano como a una marioneta (y un seguro de vida a la vez). Lo importante de esta saga no es saber si los aliados de Medusa serán capaces o no de rescatar al Illuminati, sino la situación en la que todo quedará de cara a lo que nos espera en los próximos meses (más aún ahora que sabemos que hay varias nuevas series inhumanas en el horizonte). El regreso a escena de Rayo Negro se produce en un momento importantísimo para la Casa de las Ideas y las tramas que hemos ido viendo durante los últimos meses no sólo van a afectar al mundo comiquero, sino muy probablemente también al filme que se ha programado para el aún lejano año de 2018.
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