Pocas cosas representan tan bien el final de una era como el cierre de la cabecera de Inhumanos. Cuando durante el verano de 2014 asistimos al nacimiento de Inferno merced a la bomba de terrígeno con la que Rayo Negro había tratado de pararle los pies a Thanos en su invasión a la Tierra durante los sucesos de Infinito (de la que, por cierto la reciente película de los Vengadores toma bastantes referencias), todos vimos claro que Marvel tenía un gran plan ahí. Se hablaba de película y se hablaba del fin de los mutantes y del inicio de una arriesgada apuesta por esta raza largo tiempo olvidada por la editorial. Eran los tiempos de Marvel Now! y la Casa de las Ideas gustaba de experimentar desde su púlpito de editorial más leída de Norteamérica y estudio cinematográfico más rentable del momento.

Pero el tiempo ha pasado, los mutantes han demostrado una vez más que no hay extinción que pueda con ellos y los numerosos proyectos alrededor de los humanos modificados por los kree se han ido diluyendo en favor de otras ideas y colaboraciones. La fuerza y el empuje que hubo a finales de 2012 y que dio lugar a un lustro fabuloso para la editorial se han ido perdiendo también desde entonces y hoy, que nos despedimos de los inhumanos, lo hacemos también de una etapa de vino y rosas para la casa que los vio nacer.

No puedo decir que me sienta triste (todo en esta vida es cíclico y toda compañía necesita pequeñas crisis para reinventarse), pero sí que voy a echar de menos a la serie que mantuvo durante años Charles Soule y que Al Ewing, con cariño y maestría, ha guiado hacia la tumba. Los inhumanos abandonan la primera línea marvelita, vuelven a habitar la Luna y regresarán a sus juegos de tronos de toda la vida, pero nos dejan cuatro años de grandes historias y un buen puñado de personajes magníficos (Ms Marvel, Moon Girl…) que están lejos de despedirse de la editorial.

Inhumanos: Familia Real #46 (#9)

¿Los cómics que nos ocupan hoy? Puede que se publicaran en Estados Unidos bajo cabeceras diferentes, pero tiene bastante más sentido cómo los ha traído Panini a España. La historia que Al Ewing ha venido contando durante los últimos meses bien podría haber terminado en el penúltimo número de esta colección, pero la editorial debió pensar que eso requeriría dejar demasiados cabos sueltos y nos encontramos entonces con un Juicio Final que no es juicio ni es nada y que sirve para dejar a los inhumanos en un punto de partida igual al que tuvieron hace la tira de años, cuando eran totalmente irrelevantes para el universo Marvel.

Ha terminado una gran época para la Casa de las Ideas y pocos cómics ejemplifican esta caída como los últimos números de la colección de Inhumanos.