Jupiter's Circle

Jupiter’s Circle #1: Pisoteando la esperanza del superhéroe

Jupiter's Circle #1Con la evidente salvedad de Alan Moore, quizá también la de Frank Miller, no ha habido un autor que haya hecho tantos esfuerzos por cargarse la figura granítica del superhéroe como Mark Millar. Con el universo de Jupiter’s Legacy, todavía breve pero de una considerable fama, Millar nos ha llevado al extremo opuesto del que explora Kurt Busiek en Astro City. Seguramente no es una respuesta directa ni motivada por la longeva serie de Busiek, pero es divertido imaginar un diálogo entre estos dos mundos. Busiek lanza esperanza y Millar la pisotea, esa sería la interacción lógica entre estos dos mundos. Y aunque la cosa avance con lentitud, avanza. Millar hace crecer su universo con Jupiter’s Circle, precuela de la todavía inconclusa serie central, con un escenario bastante sugerente que se erige en lo mejor de esta entrega.

 

Con Jupiter’s Circle volvemos a los años 30, lo que permite un contexto formidable para hablar de sexualidad, de homosexualidad, de responsabilidad y de cómo un superhéroe puede adaptarse a la vida civil. Podemos pensar en los Minutemen de Watchmen como la referencia más evidente, y así nos adentramos en lo que quizá sea el mayor inconveniente del cómic. Busiek sí logró que sus referencias a las eras más ingenuas del cómic americano fueran parte integral del relato, mientras que Millar, sabiendo perfectamente lo que hace, despierta recuerdos por encima de todo. No duelen prendas en reconocer que este es un juicio un tanto injusto hacia el trabajo de Millar, porque el material y las temáticas que explora es notable y el cómic se lee con muchísimo gusto, pero es también evidente que no ha sido el primero en escalar esta montaña.

 

Millar se mueve entre la gloria del superhéroe más público y reconocido por la gente y las miserias que el brillo del éxito oculta. Le interesan las cloacas del superhéroe, sus conflictos personales, sus líos de faldas, las rencillas que hay en un grupo de tipos vestidos con malas y dotados de superpoderes. Hay heroicidades, claro está, y hasta se puede ver el homenaje a Moore con la primera criatura la que hacen frente los integrantes de la Unión, pero eso es lo de menos. No es lo que le preocupa al escritor, que prefiere moverse en los terrenos que mejor dominaba su estrella invitada, nada más y nada menos que J. Edgar Hoover, al que, por qué negarlo, da gusto ver extorsionando superhéroes porque es fácil imaginar que lo haría para conseguir sus propósitos.

 

La modernidad que Millar quiere aplicar a superhéroes de los años 30 choca con ciertas limitaciones, y eso le hace recurrir algunos tópicos. Se trata, en su cabeza, de humanizar al ser inalcanzable. Así se explican historias como la de April Kelly, quintaesencia de la chica americana perfecta de la época, que se mete a superhéroe (o la introducen en ese mundo, mejor dicho) por amor. ¿O es por algo más caprichoso como el sexo? En esos dilemas es donde Millar se mueve con más comodidad, hasta el punto de que podemos llegar a perder de vista que esta es una serie de superhéroes. ¿Eso es malo? Seguramente no, pero para algunos lectores, dependiendo de sus expectativas, puede no ser lo esperado. Y es que a Millar le gusta moverse en el filo de la navaja.

 

Sería algo hipócrita decir que no echamos de menos a Frank Quitely en esta expansión del universo de Millar, más si tenemos en cuenta que nos pone la miel en los labios con las portadas, pero hay que destacar que hay un buen trabajo de dibujo. No es memorable, pero tanto Wilfredo Torres como Davide Gianfelice salen airosos del reto. Podríamos preguntarnos por qué un universo tan intermitente y de series tan cortas se ve en la necesidad de cambiar tanto de dibujante, pero los dos cumplen con el objetivo primordial de Jupiter’s Circle, que no es otro que hacernos partícipes de lo tortuoso que puede ser el día a día de un superhéroe en el contexto ya mencionado.

 

No, no es el Millar más rompedor, pero es uno bastante eficaz y que deja algunos detalles de notable interés para enganchar con Jupiter’s Legacy y también para que se pueda hacer el camino a la inversa, entrando primero en Jupiter’s Circle y descubriendo después la serie central.

 

Podéis seguir a Juan Rodríguez Millán en Cómic para todos.

Acerca de Juan Rodríguez Millán

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Periodista de corazón y de vocación, dispuesto a escribir sobre todo aquello que necesite explicación, pero disfrutando ahora mismo de la vida profesional online juntando letras sobre cómic, cine y deporte. Y con muchos proyectos e ilusiones en la cabeza, algunos de los cuales ya están tomando forma en el disco duro.

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