«¡Inclinaos cuando veáis pasar a vuestro rey!«

Lo de la Panini global ya está pasando de castaño a oscuro. En Los Vengadores #15 (#114) podríamos haber tenido simplemente el cierre de la trama de los Motoristas Fantasma o podríamos haber soportado un extra de páginas con el cruce de esta serie con el crossover de Matanza Absoluta. Pero no, a los mandamases de la central (fuera de España) les ha parecido mejor idea dejar el cruce con el evento arácnido para el número dieciséis de la colección y, en lugar de presentar una entrega más delgada (y más barata para el lector), volver a engrosar el número con una historia que no viene a cuento, no aporta nada y sólo consigue distraer la atención. Se están pagando seis euros por grapas cuya lectura sólo justifica, como mucho, la mitad de ese valor. Se están tomando decisiones que me recuerdan mucho a las de la Marvel de los años noventa y, en el escenario de una Europa arrasada por la crisis económica que va a seguir a la actual crisis sanitaria, me parece la peor de las decisiones editoriales.

En cuestión de meses, si la cosa sigue así, aparte del natural retraso en los estrenos debido a la cuarentena, nos encontraremos con la cancelación de multitud de colecciones que se deberán al recorte en gastos de las distintas editoriales de cómic. Pero antes de que esto ocurra, no me sorprendería que las ventas desciendan motivadas por una masa de lectores que, sencillamente, no se puede permitir comprar tres o cuatro colecciones de seis euros, molen lo que molen sus tramas principales. Quizás la estrategia debería pasar por no engordar artificialmente el número de páginas… Lamentablemente esto no es decisión de Panini en España, sino que es cosa de los compromisos globales que se han establecido con el mando centralizado de la casa y que no tardarán mucho en demostrarse como un error de bulto para la empresa internacional.

«Y por muchas veces que les digas que les quieres, nunca basta«

Volviendo a la trama que importa, la carrera de los Motoristas Fantasma se resuelve con un regreso al statu quo que muy poco le aporta a esta colección (está más enfocada a vender la nueva serie de Ed Brisson y Aaron Kuder sobre el bueno de Johnny Blaze), pero que sirve para acomodar un poco más a Robbie Reyes mientras se avistan en el horizonte el resto de tramas que Jason Aaron está dejando macerar para cuando deje de haber compromisos con crossovers y demás tonterías. Me habría gustado mucho más el cierre de esta historia con un cambio en el trono del infierno entre Blaze y el Punisher loco de Donny Cates, pero el primero ya tiene sus serie apalabrada (y es muy probable que más pronto que tarde vuelva a los cines) y el segundo es una criatura de la Marvel galáctica que ya tiene compromisos mucho más arriba y mucho más lejos del infierno.

Los Vengadores #15 (#114)

Cierra la parte que importa de este número con un avance del regreso a los Vengadores prehistóricos que, la verdad, me apetece bastante leer e inmediatamente saltamos a una historia que puede hacerle alguna gracia a los nostálgicos de la Marvel de otra época, pero que a los lectores noveles va a dejar fríos. Primero porque está tan firmemente anclada en los momentos posteriores del Asalto a la Mansión de los Vengadores (ojito, que estamos hablando de 1986-87) que quien no haya leído esa trama no va a entender la mitad de las referencias y segundo, porque el lenguaje y el estilo que se usan son los de aquella época que, en aquel entonces tenía su sentido, pero que no casan para nada con el lenguaje y el sentido del ritmo que imperan hoy en día en los cómics norteamericanos.