«¿No lo has oído Kofi? ¡Ahora soy un puñetero Vengador!«
S.H.I.EL.D. es una de esas organizaciones, dentro del mundo de los cómics, que nunca puede llegar a desaparecer. Porque puede haber héroes más o menos expeditivos. Personajes más o menos dispuestos a mancharse las manos de sangre. Pero los verdaderos espías, aquellos dispuestos a prácticamente todo para salvaguardar su misión, funcionando como una máquina bien engrasada, pero realizando acciones que nadie querría saber que se están llevando a cabo; ellos no pueden ni estar en primera plana ni llegar a desaparecer nunca del todo. Por eso, ahora que S.H.I.E.LD. ha vuelto a caer (una vez más), Jason Aaron la resucita como un grupo de espías al servicio de Wakanda que el propio Pantera Negra ha ido reclutando personalmente de todas partes del mundo (y de la galaxia).
El hecho de que estén vinculados directamente con el reino africano que gobierna T’Challa suscita una pregunta inmediata: ¿qué pasará cuando el héroe trate de utilizar a este grupo por el beneficio de su propio país? Fijaos que he escrito ‘cuando’ y no ‘si’. Porque me parece inevitable que ligar a una poderosa maquinaria de espionaje a un país determinado termine derivando en un uso particular de la misma. Por eso S.H.I.E.LD. trató durante los últimos años ser una fuerza internacional (aunque su vinculación con los Estados Unidos fuera difícil de disfrazar), así que no descarto que el guionista de Thor nos esté preparando (a muy largo plazo, eso sí) para una serie de problemas derivados del uso y el abuso del poder que confiere esta red recién creada.
«Si tanto amas a estos terrestres, disfruta de pasar la eternidad con ellos«
Mientras tanto, el grupo que ha reunido Aaron me resulta muy interesante y simpático. Ya en el anterior número vimos a Roz Salomon (directamente extraída de las páginas de su etapa en Thor) actuando como flamante espía y allanando el camino a la Guerra de los Reinos que está al caer. Ahora leemos cómo se han fraguado las uniones de personajes como Ka-Zar, la Avispa, el Hombre Gorila o… mi adorado Nydo (¡gracias por traerlo de vuelta Jason!). Resulta interesante ver como también ha decidido contar el guionista con Odín, ahora despojado de su destruida Asgard, como consejero de Pantera Negra y punto de unión entre los Vengadores Prehistóricos, parte de las tramas que están por eclosionar y clave en la Guerra de los Reinos que mencionaba antes.
Tras leer todo lo que acabo de escribir tendréis más o menos claro que nos encontramos ante un nuevo número de transición en el que se nos está preparando para el futuro conflicto con los vampiros que Jason Aaron ha orquestado en confluencia con el regreso a las viñetas de Blade (¿hay de verdad planes para él en el cine?) y el gran crossover con la colección del dios del Trueno que llegará a nuestras tierras en unos meses. Para complementarlo, el guionista nos obsequia con un nuevo vistazo a la Prehistoria para que entremos en contacto con la ta-ta-tatarabuela de Puño de Hierro y conozcamos cómo consiguió sus poderes por primera vez y lo que estos supusieron para ella y para los primeros seres humanos del planeta. El mes pasado tuvimos un cómic que profundizaba en los personajes de este grupo y éste le ha tocado el turno a todo el ecosistema que les rodea. El mes que viene comenzarán las tortas y ya no tendremos apenas descanso hasta dentro de bastante tiempo, así que deberíamos agradecer estos momentos de paz que le sirven al autor para enriquecer a todo lo que tiene que ver con su serie.
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