«Lamentable hijo de un trol sifilítico«
Os prometo que he llegado a este tomo con la ilusión de un niño pequeño. Después de un año en el que muchos héroes han caído de su pedestal (en la literatura y fuera de ella) el viento renovador que se le suponía a Legacy venía a barrer con todo y dejarnos un panorama que respetase lo nuevo, pero que también rescatase del olvido aquellas cosas del pasado que nos engancharon irremediablemente a los cómics. Sí. Exactamente lo mismo a lo que ha hecho la Distinguida Competencia con su exitoso Renacimiento, pero en Marvel. Así que tenía que ser mejor, más grande y en colorines.
¿No?
La primera señal de que algo no iba bien la tuve con Generaciones. El estupendo tomo en el que Panini ha recopilado los one-shots de esta cabecera funcionaba exactamente como esperaba que fuera a hacerlo este número y eso me dejó descolocado. Me explico: los cruces entre las versiones actuales y pretéritas (con permiso de Tony Stark) de los superhéroes cerraban una etapa, sí, pero también dejaban claras semillas de lo que va a significar Legacy para muchos héroes de nuevo cuño y para algunos de los de toda la vida. Era el prólogo perfecto para esta etapa. Entonces, ¿qué función cumple Marvel Legacy Alfa?
«¿Alguna vez has soñado que eras un cavernícola?«
El tomo que nos ocupa hoy se convierte entonces en un Marvel Point One, en un ejemplar del Free Comic Book Day, un batiburrillo de historias que nos muestran con mayor o menor elegancia lo que podemos esperar de la Casa de las Ideas en los próximos doce meses. Esto, más allá de la decepción inicial, es preocupante, porque denota que en la editorial no se está pensando a largo plazo. Existe una urgencia que no estaba presente hace unos años y que está haciendo más mal que bien a la Casa de las Ideas. Legacy puede ser un movimiento potente que recupere lo mejor del pasado sin olvidar los éxitos de estos últimos años, pero corre el riesgo de quedarse en agua de borrajas si no se le pone el empeño que se merece. Legacy no puede quedarse en un anecdótico cambio de numeración (con unas matemáticas que gusten o no al público) o en el regreso de Lobezno, Thor y el Iron Man de Tony Stark, ya ha habido cientos de ‘regresos’ antes y muchos más habrá antes de que los cómics caigan en el olvido. No, Legacy tiene que marcar un auténtico antes y después, ha de recuperar el sentido de la aventura de la Marvel clásica sin renunciar al toque sociopolítico que ha hecho de los tebeos auténticos espejos de la generación que los lee. Ahí es nada. La editorial norteamericana se ha marcado un objetivo impresionante… pero fracasará de forma estrepitosa si no hace, al menos, un intento honroso por cumplir con lo prometido.
Se nos habla en este número de los Vengadores Prehistóricos (que llegarán, vete tú a saber cuándo, pero llegarán). Se comenta por lo bajini la cercanía de la Guerra del Infinito (próximo gran evento en una etapa sin eventos), coincidente en tiempo con la tercera entrega de los Vengadores cinematográficos. Se nos presenta a personajes clave de cara al futuro tal y como han acabado tras las batallas por el fin del Imperio Secreto… Pero no se menciona en ningún momento un back to the basics, que es lo que tocaba y se esperaba.
Marvel Legacy me da mucho, muchísimo miedo.
Deja un comentario: