Desenfrenada y taquicárdica. Esa es la mejor definición que se le puede hacer del evento Marvel Miedo encarnado dirigido por Matt Fraction al guion y Stuart Immonen a los lápices. Los héroes más poderosos de la Tierra cara a cara con el miedo… y la Asgard de Odín.

«Algunas de estas heridas no sanarán«

Con permiso de Steve Rogers y de Pecado, que andaban buscando su sitio, el auténtico protagonista de Miedo encarnado es Thor. No en vano la amenaza surge de la mitología del dios del trueno, al que también escribía por aquel entonces Matt Fraction. Un asgardiano renegado, de poder equiparable al de Odín quiere convertir nuestro planeta en su patio de juegos para alimentarse del miedo que provoca su destrucción.

Desde el mismo prólogo, la aventura que nos ocupa es un no parar. Los órdagos van a más en cada número llevándola a unos niveles que pueden hacer que más de uno se lleve las manos a la cabeza. Pero contra pronóstico, funciona. ¿Y por qué? Porque es una historia endiabladamente entretenida. A diferencia de sagas como Axis, que también apostaban por el todo vale, Miedo encarnado es muy divertido y parte de una base sólida.

Cierto que pillamos a personajes como Rogers en algún renuncio de los de arquear la ceja y que hay no pocas concesiones a según qué personajes, pero Fraction se esmera en contextualizar la amenaza y generar interés sobre la misma, de tal forma que resulta muy verosímil y cuando estalla el conflicto lo hace de forma orgánica.

Parte de la responsabilidad la tiene el que ya adelantamos como protagonista, Thor Odinson. Sobre sus hombros y los de la realeza asgardiana descansa buena parte de la obra. Y lo hace hasta tal punto que, aunque funciona como cómic independiente (como los buenos eventos Marvel de la época), se complementa a la perfección con el trabajo que se estaba haciendo (sobre todo por parte de Kieron Gillen) en Thor y luego en Viaje a misterio.

A pesar de lo facilón y exagerado que sea a veces el evento, invita a profundizar y acercarse a las series que toca, aunque sea de forma tangencial. Aquí tenéis los ejemplos de Iron Man o La Patrulla-X que tan buen sabor de boca nos dejaron.

Miedo encarnado es a los eventos Marvel lo que Michael Bay a los taquillazos veraniegos, una fiesta desenfrenada en la que todo está al servicio de la diversión.