Superman: Identidad Secreta

Superman. Identidad Secreta: Toda una vida

Superman: Identidad Secreta«Si hay algo que envidio de Superman, no son sus poderes«

 

El problema con Superman es que es muy difícil escribir una buena historia con un tipo prácticamente indestructible‘. Me recuerdo diciendo esta frase en más de una ocasión (y seguro que alguien que me suela leer por aquí me ha oído decirla en persona) y la verdad es que sigo prefiriendo las historias del más humano e imperfecto Batman. Sin embargo, hay una continuación para esa sentencia que bastante menos gente me habrá oído decir: Pero cuando un guionista da con la tecla. Entonces se abre el cofre de las maravillas.

 

Acabo de pasar la última página del Superman: Identidad Secreta de Kurt Busiek y Stuart Immonen que ahora rescata ECC y siento que estoy respirando por primera vez en un par de horas. Ha sido alucinante. Un viaje del que no me podía separar, una historia tan natural y orgánica que no sabría ponerle o quitarle ninguna coma. Una experiencia que delata un cariño enorme por el personaje y una intención por acercarlo a todos los que, como un contrito servidor, hemos dudado alguna vez de sus historias.

 

«Aún me gusta… Me encanta volar, me alegra poder salvar vidas. No lo dejaría nunca»

 

Identidad Secreta me recuerda en cierta medida al Superman: American Alien de Max Landis en tanto a que huye de grandes batallas de héroes y villanos para hacer un seguimiento de la figura del gran héroe de los cómics a través de su propia historia. Sin embargo, si bien el Superman de Landis estaba injertado en un universo en el que los superhéroes estaban a la orden del día, Busiek toma al Superboy de un cómic olvidado, al Clark Kent de un mundo en el que Superman es el personaje de un cómic de DC, y le otorga los poderes del kriptoniano para seguirlo a través de toda una vida en un planeta en el que él es el único superhéroe… aunque nadie más lo sepa.

 

Superman: Identidad Secreta

Superman: Identidad Secreta

 

El autor hace un ejercicio intelectual maravilloso a la hora de imaginar a un Superman ‘del mundo real’. Coge a un adolescente cansado de las burlas acerca de su nombre y le da un secreto que lo hace único y especial. Y luego lanza a ese chaval al mundo y hace que sus elecciones (sobre todo las morales) tengan un por qué y un sentido. El Superman de Busiek puede parecerse mucho al de otros autores, pero su Clark Kent es uno de los más reales que he llegado a leer. Y eso es lo que hace tan especial a este cómic.

 

«Me siento perdido. Solo. Extraterrestre«

 

Superman: Identidad Secreta se divide en cuatro grandes capítulos coincidiendo con cuatro grandes momentos… en la vida de cualquier ser humano. Conocemos a Clark en el instituto, cuando descubre sus poderes y decide ocultárselos al mundo a la vez que toma la trascendental decisión de cómo  utilizarlos a lo largo de su existencia. De ahí saltamos a su llegada a Metr… Manhattan, su primera experiencia laboral y la llegada del amor. De un amor que es escrito de manera que se siente real, de manera que hasta el lector, cómodamente recostado en su butaca, es capaz de percibirlo como definitivo, perenne, incombustible. Luego llegarán una tercera etapa y una cuarta que no desvelaré, porque de verdad quiero que leáis esta novela gráfica, si se me permite llamarla así.

 

Superman: Identidad Secreta

Superman: Identidad Secreta

 

Es curioso como el cómic de Busiek e Immonen posa a Superman en la tierra y, a la vez, lo hace volar más alto y más lejos de lo que habría podido imaginar cuando llegó a nuestra redacción este álbum. La nueva edición de ECC (en cartoné y por algo más de veintidós euros) se me antoja como una de las compras indispensables de todo aquel que quiera tener una buena biblioteca de grandes obras clave del cómic de superhéroes.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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