«No sé si podrán considerarse buenas noticias, pero…«

Por fin abandonamos en Murciélago los tristes eriales de las tramas sin profundidad, ni demasiadas ganas, y entramos de lleno en el regreso de Kana Yoshimura a la historia que ha venido hilvanando entre sagas dentro de este manga. Comienza en este volumen del cómic que publica Panini en España una nueva vuelta de tuerca en torno a la droga Cesare y a las personas implicadas en su diseño y fabricación que, con un poco de suerte, hará avanzar la historia central de este manga. Es este el primer tomo de una historia que piensa tomarse su tiempo, así que no nos esperemos grandes revelaciones ni momentos clave y sí que debemos estar atentos para no perdernos detalle del puñado de nuevos personajes que el mangaka nos propone a ambos lados del cuadrilátero.

En el bando de la ley y la justicia tenemos a la señorita que vemos en la portada del cómic, una agente del FBI (¿qué narices hace el FBI en Japón?) que va acompañada de dos ayudantes que, a falta de mejores descripciones y algo de profundización en sus historias, podemos conocer como ‘la chica de los datos‘ y ‘el agente yoyas‘. En el otro lado tenemos el regreso (una vez más, pero ahora la cosa comienza a cobrar sentido) de una villana recurrente en este manga y la primera aparición de una serie de asesinos a cada cual más loco y peculiar. A alguno de estos pirados es a quien la agente Sapphire Conrad y sus dos minions están persiguiendo, por lo que Kuroko y la policía japonesa harán equipo con ellos (ya podéis imaginar que nuestra protagonista lo hace por dos poderosas razones) desde este cómic y ya veremos hasta cuándo.

«Cuanto más cerca de la raíz del problema, mejor«

Poco más se puede sacar de un cómic que es una mera introducción de personajes y motivaciones. Sin embargo, sí que cabe ilusionarse un poquito porque el humor gamberro de Yoshimura regresa, se le nota cómodo con esta trama, y también vuelven los momentos sórdidos que desde el primer tomo han rodeado a todo el asunto de la Cesare. Ya era hora de ver de nuevo la serie seinen que nos ha divertido hasta el extremo y que no se tomaba en serio casi nada. Que el autor regrese a la trama principal no sé si es indicativo de que quiere por fin ir llegando a alguna parte o que utiliza esta historia como un refugio para recuperar sensaciones antes de volver a sus andadas, pro sí sé que son buenas noticias para quienes seguimos esta serie de dos en dos meses, porque nos hacía falta retornar a lo que nos enamoró de ella.

Murciélago #22

Pienso también que Murciélago, como otras muchas series antes que ella, ha sido un poco víctima de su propio éxito. Dudo que a la editorial le hubiera parecido bien cerrar todas las aventuras de Kuroko y compañía al llegar al décimo o undécimo tomo. En lugar de ello habrán presionado al autor para alargar algunas tramas y crear otras de relleno entre medias, con el resultado que todos conocemos: un manga que se ha visto debilitado por algunos arcos argumentales innecesarios. Esperemos que lo que comienza ahora no sea un simple oasis, sino que nos encontremos con el principio de algo grande y divertido. Algo que nos acerque al desenlace de este manga y que haga justicia a todos los buenos momentos que nos ha hecho pasar.