«Tú no eres mi hermana…«
Proseguimos en Murciélago con la trama que nos ha tenido ocupados desde finales del tomo diecinueve. Las muertes siguen sucediéndose en el apartado hotel con baños termales al que Kuroko y sus amigas habían ido de vacaciones, pero en este tomo, por fin, comienzan a desentrañarse los misterios en torno a la cadena de asesinatos y, ya de paso, regresa a primera plana uno de los misterios irresolutos que nos han venido acompañando desde que dio comienzo esta colección hace ahora tres años y medio. Se acaba también el ‘crossover‘ con Murciélago: Araña (spin-off de la serie que sigue inédito en España sin que Panini parezca tener muchas ganas de publicarlo) que apenas ha aportado detalles más allá de una revelación que quizás sirva para algo en aquella serie, pero que en esta ha quedado como una mera anécdota.
Esto quiere decir que finalmente volvemos a ver a Kuroko ejerciendo de detective en lugar de estar dándose paseos y baños por el recinto mientras que sus compañeras van a cazar bichos y el asesino anda suelto. La resolución es muy del rollo de lo que le gusta a Kana Yoshimura, pero ésta nos regala nuevas escenas de Hinako que vuelven a dejarnos el culo torcido y a plantearnos más preguntas acerca de la historia de origen de este personaje tan simpático hasta que… deja de serlo. Sin embargo, el desarrollo de esta trama ha sido tan cansino y repetitivo que no puedo decir que haya disfrutado realmente de este volumen más allá de por la certeza de que los personajes vuelven al mundo real más allá de los retiros en la montaña y se traen con ellas un buen puñado de temas que masticar en los próximos tomos.
«Me sabe mal decirte que, pese a lo mucho que te has esforzado por protegerla, vuestro futuro pinta muy negro«
Me da por pensar ahora que el autor tenía más claro el final de esta aventura que el desarrollo de la misma. La batalla final es salvaje y esta llena de interrogantes, la misma tiene terribles consecuencias (por más que luego se solucionen mágicamente) para una de las chicas y va a afectar psicológicamente a alguna otra; en la misma, vemos como reaparecen las rosas que llevan dando por saco desde la trama de la secta de la Rosa Virginal y, por si todo lo anterior fuera poco, nos encontramos con una trama de resurrecciones, potenciaciones y otros efectos místicos que ya tarda en aclarar el autor de este manga. Pero todo ello ocurre en este último tercio de la trama, siendo todo lo anterior un mata-mata en el que a Kuroko se la pela quien viva o quien muera. Que sí, todos sabemos que ella era una asesina cuando comenzamos a leer el manga, pero este punto de pasotismo no se lo habíamos visto jamás.
En fin, que me alegro del regreso a la normalidad. Para el siguiente tomo, que sale este mismo mes de noviembre, se nos ha prometido un regreso a la trama central de la serie a través de un nuevo y misterioso personaje que hace acto de presencia en las últimas páginas de la entrega que nos ocupa hoy. Veremos hacia dónde nos conduce esta nueva historia y recemos para que el ambiente normal de esta serie regrese con ella.
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