Spider-Gwen: Ghost Spider

Spider-Gwen. Ghost Spider #3: La tarántula y el miedo

Spider-Gwen: Ghost SpiderCual Espantapájaros, Stephanie Phillips acude a un villano veterano -pero sin demasiado caché- del entorno de Daredevil para que azuce aún más a Gwen en una trama que apunta a alargarse unos cuantos números más. Este Señor Miedo, como el enemigo de Batman, utiliza el miedo como arma para provocar el caos y enfrentar a la gente entre sí. El tercer número de Spider-Gwen: Ghost Spider de Panini Cómics avanza, pero no mucho, en el argumento iniciado en el anterior tomito.

 

«Buscaré a Gwen y resolveremos esto»

 

Y decimos que avanza lo justo porque si bien aparecen nuevos misterios y se resuelven otros, el interés principal radica en explicar las motivaciones de la nueva Tarántula Negra para hacer lo que hace y para entender el porqué de su interés es Spider-Gwen. Que la portada de Mark Brooks no os lleve a engaño, no hablamos de interés amoroso (aunque cierta atracción con potencial romántico sí que hay), sino de la cualidad única de Gwen en Tierra-616: es un «fantasma» para el sistema.

 

Phillips le da un estimable poso social a la aventura para la que se sirve también de un Luke Cage que como alcalde está dejando en evidencia tener todavía mucho trabajo por delante. La guionista hace una crítica a la injusta justicia cuando quienes deben ser más honestos que nadie (y no solo aparentarlo) se aprovechan del sistema con total impunidad y cómo esta ausencia de justicia afecta siempre a los mismos, a quienes no tienen nada. Y, ante tal contexto, propone el alzamiento de un tipo de vigilantes más afines al Castigador que a Spiderman, en el sentido de que el fin justifica los medios.

 

Spider-Gwen: Ghost Spider

 

¿El problema? El ruido que genera el mencionado Señor Miedo, pues su participación aunque efectista, no aporta realmente nada a la trama. Y no lo aporta porque el rol que le asigna Phillips es el mismo que antes o después tendrá la Tarántula Negra original, que no es otro que el de entrometerse entre Gwen y Fabián (la actual Tarántula Negra) y permitir que ambos personajes suavicen sus respectivas posturas y sean capaces de ver (que no hablamos de justificar) las cosas como el otro. Esta redundancia es consecuencia de lo que advertimos en la anterior entrega: la falta de un objetivo claro sobre qué es lo que quiere contar la serie.

 

Así, aunque entretenida (y con un dibujo que no para de crecer gracias a Paolo Villanelli y Von Randal), es bastante probable que la actual etapa de Spider-Gwen acabe como tantas otras, en el cajón de las series olvidadas. No hay mayor miedo para una serie que caer en esa intrascendencia. Por suerte, el buen hacer formal permite a Phillips contar aún con alguna que otra bola extra para dotar a su Spider-Gwen de un contenido relevante.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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