«Probablemente me conozcas por otro nombre«

Tarde o temprano se tenía que acabar esta maravillosa etapa. Tarde si existiera algo de cordura en este loco mundo y temprano si (¡oh, cielos!) los editores marvelitas sucumbieran a la ansiedad de estar a punto de estrenar una nueva película sobre el trepamuros con una versión no canónica del personaje publicándose en las tiendas especializadas. Y así ocurrió, con la división cinematográfica de la Casa de las Ideas lanzando el cebo de que un nuevo Spiderman aparecería en Capitán América: Civil War (Joe y Anthony Russo, 2016), Dan Slott vio como su historia sobre un Hombre Araña con el cuerpo de Peter Parker y la mente de Otto Octavius se veía sometida a la tijera editorial, obligándole a precipitar los acontecimientos que había ido construyendo en torno al Duende Verde, así como los leves progresos de Peter en la lucha por recuperar el control sobre su cuerpo.

No quiere decir esto que Nación Duende quede como una aventura sosa y precipitada, pero sí que se nota que a Slott le quedaba aún mucho por contar antes de ofrecernos su gran batalla final con el otro gran villano de toda la vida del cabeza de red. Sus progresos en su relación con Anna Maria, la creación de su propia empresa, su enfrentamiento con Jonah Jameson… Todo eso podría haber sido contado en, al menos, un tomo más de esta colección recopilatoria que nos trae Panini dentro de su Marvel Saga. Y mucho de eso lo vemos reflejado en apenas unas cuantas viñetas y en una serie de hilos argumentales que a Slott no le queda más remedio que dejar sueltos para poder centrarse en la apasionante batalla que usa como despedida a esta irrepetible saga.

«Tú mismo lo has dicho. Cuando hay vidas en juego no vacilas«

Y es que quizás lo que más mole es que consigue que hasta el lector más en contra del intercambio de mentes que dio lugar a la colección se ponga del lado de este Spiderman Superior, lo comprenda, sienta suyo su dolor y aplauda su lucha por la redención. Y todos, no sólo Peter, soltamos una lagrimilla cuando llega el momento de que todo vuelva a la ‘normalidad’ y nos damos cuenta de que (miniseries aparte) se ha acabado uno de los experimentos más valientes y divertidos de los últimos años con un icono de la talla del Hombre Araña (uno de los valores fijos en la venta de cómics en Estados Unidos desde hace décadas). Slott consigue definir qué es Spiderman al llevar al límite al usurpador y demostrar en qué cosas éste e incapaz de emular al original y, por tanto, qué cosas son las que hacen único a un personaje con el que todos nos hemos sentido alguna vez identificados.

Spiderman Superior: Nación Duende

Spiderman Superior llega a su fin, pero deja un panorama muy diferente para que Parker lo asimile. Recordemos que Otto casi borró a Peter cuando descubrió que aún quedaban fragmentos de su alma adheridos a su subconsciente y que nuestro protagonista no ha sido testigo de casi ninguna de las heroicidades (ni de muchas de las salidas de pista) que ha protagonizado su versión ‘superior’. Como ya ocurriera con la Patrulla-X de Jason Aaron o con el Viejo Logan de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino, siempre nos quedará una estupenda etapa a la que volver de cuando en cuando para descubrir cómo se puede innovar y hacer magia con algunos de los valores seguros del mundo del cómic.