Tras un primer tomo dedicado a los tie-ins de Universo Spiderman y otro posterior donde se nos contaban sus peripecias como espía, Panini Comics publica 100% MARVEL: Spiderwoman 3, Cambio de marcha que abarca los cinco primeros números del volumen 4 que narran lo acontecido tras el final de Secret Wars.
Al igual que la mayor parte de las series post-Secret Wars, el estatus quo de Spiderwoman ha cambiado y la vida de Jessica Drew ha dado un giro radical al quedarse embarazada sin estar en contacto con el padre (a quien se menciona al final del tomo). ¿Madre soltera y superheroína? ¿Embarazada y ‘Vengadora’? Es la gran pregunta que plantea este primer arco, además de una desenfrenada, y pulp, aventura en un hospital galáctico.
Después un primer número introductorio en el que Jessica se enfrenta a un grupo de villanos, sin trascendencia alguna, es incitada por su amiga Carol Danvers (Capitana Marvel) a llevar su embarazo y parto en un hospital galáctico situado en un agujero negro; pero esto es Marvel Comics y, claro, la vida de sus personajes no puede tener un ápice de tranquilidad o comodidad y en el momento que se encuentra en la sala de espera, el sanatorio recibe una invasión Skrull porque el heredero del imperio está ingresado tratándose de un cáncer. En medio de la batalla, Jessica rompe aguas y menos mal que está en un hospital porque así pasa directamente a quirófano, donde unos extravagantes alienígenas le hacen una cesárea. En clave de humor, el capítulo quinto cuenta los primeros días como mamá de nuestra protagonista, su depresión postparto y como asume el compatibilizar su vida superheróica con su maternidad.
Lo mejor de esta serie es lo diferente, ligera y divertida que es, frente a la epicidad del resto de series de la editorial, y aunque la serie sea más de lo mismo (otra invasión skrull) aquí se narra de una forma menos tradicional. Digo menos tradicional porque no necesita cinco números para crear un ambiente, presentarnos una vez más a todos los personajes para terminar con las tortas, si no que el ritmo es mucho más frenético y ya en el segunda entrega tenemos a nuestra heroína repartiendo a diestro y siniestro.
Como se puede observar leyendo el argumento, el tomo no tiene pretensión alguna y nos encontramos ante un tebeo informal pero fantástico. El dinámico guión de Dennis Hopeless hace que la historia aporte entretenimiento a raudales, y es que no pierde un minuto describiendo algo, todo sucede a través de las acciones, frases y comportamientos de sus personajes y solo con esto consigue hacer que evolucionen y que el lector se los crea. Sosteniéndose en el acertado texto, el español Javier Rodríguez crea un dibujo que funciona mejor en splash pages que en viñetas pequeñas, donde la secuenciación es bastante desconcertante. Pese a esto crea fabulosas imágenes como una fiesta en la que todos preguntan a Jessica acerca de la procedencia de su bebé; la virtud se encuentra en poder agrupar distintas conversaciones en un mismo espacio aportando sensación de movimiento y paso del tiempo.
Una vez más Marvel apuesta por el cambio en sus personajes, acorde a los tiempos que corren y muestran, con el fin de normalizar, situaciones como la de una madre soltera, algo que no llegan a entender sus compañeros (viñeta comentada en el párrafo anterior) o la lucha contra el cáncer, también visible en Vengadores de Mark Waid y Thor de Jason Aaron. Los autores también homenajean al género pulp y eso se ve en los números finales, cuando Spiderwoman después de parir y sin quitarse el batín sigue matando skrulls; junto a las portadas hay una viñeta que homenajea a los carteles de las películas de serie B y una de las viñetas centrales recuerda a Rose McGowan en Planet Terror.
En definitiva, no es un cómic de 10 pero si una obra amena, innovadora y divertida que da un giro y una perspectiva curiosa a las series arácnidas.
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