Ultimate Spider-Man

Ultimate Spider-Man #1-2: Segundas oportunidades

Ultimate Spider-ManJonathan Hickman ha ido directo a nuestros corazones con su Ultimate Spiderman. Nada tiene que ver este Peter Parker con aquel que nos presentara Brian Michael Bendis hace ya 20 años en el univero Ultimate primigenio. Por no compartir, no comparten ni la edad. Hickman apuesta por un Peter ya entrando en la madurez, padre de familia y felizmente emparejado con Mary Jane.

 

«Pones buena cara, pero no estás contento con quién eres«

 

Este Peter Parker se parece más a la fantasía que muchos seguidores arácnidos llegaron a tener antes del perverso mefistazo y que pudimos imaginar en la miniserie Renueva tus votos (anclada en las Secret Wars hickmanianas). Y es esa idea del Peter Parker que pudo pero no fue la que el escritor estadounidense recoge y desarrolla en su nuevo universo Ultimate.

 

En el artículo de cierre del segundo número, Julián Clemente ofrece un par de claves definitivas de los planes de la nueva línea Ultimate, pero no vamos a detenernos en ellas porque pueden condicionar la experiencia revelando algunas de las cartas del guionista. Lo que sí hay que tener presente es que Ultimate Spiderman debe entenderse en el contexto de Ultimate Invasion. Esta serie es consecuencia directa de los hechos narrados en la miniserie de Hickman y Bryan Hitch.

 

Ultimate Spider-Man

 

En cierta manera, permitidme la exageración, Ultimate Invasion funciona como gran prólogo de Ultimate Spiderman. Son los pasos dados allí los que explican el mundo de este Peter Parker y su familia. Y es lo particular y manipulado -por parte del Hacedor- de dicho mundo, lo que abre tantas posibilidades para la serie.

 

Este primer par de números sirven para conocer ese mundo y jugar a ver las diferencias con el universo Marvel principal. Están los cambios evidentes (el barbudo Peter y su familia frente al desarrapado que está escribiendo Zeb Wells en la actualidad), como otros mucho más sutiles que igual no difieren tanto de lo que ya conocemos. Hickman se permite, incluso, cambiar e imaginar algunos roles que parecían escritos en piedra y jugar a un ¿y si…? muy convincente. ¿Y Jonah Jameson? El cascarrabias periodista es un activo en cualquier realidad. El guionista lo sabe y lo aprovecha.

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