Seguir mes a mes el Ultimate Spider-Man de Jonathan Hickman está siendo una tortura. Bendita, pero tortura. Las grapas de Panini Cómics nos dejan siempre con ganas de más. Y aunque parezca que a grandes rasgos no sucede gran cosa, ¡pasan muchas cosas!
«La gente necesita héroes, Peter«
El único Spider-Man que vemos en esta cuarta entrega es el que aparece en la portada. El guionista, bien respaldado por un solvente David Messina a los lápices nos propone un capítulo sin más tensión que la de las preguntas incómodas en una cena de amigos. Peter y Harry, aliados como justicieros, quieren hacer lo propio con sus identidades civiles y organizan una cita doble con sus respectivas parejas: Mary Jane y Gwen Stacy. El cuarteto clásico de los primeros años de Spidey como universitario y vigilante enmascarado se reúne en un contexto muy diferente y con unas vidas igual de sorprendentes.
Un detalle de la portada, la frase «Who is Spider-Man?» es clave para entender el contenido del capítulo. La conversación que vehícula el capítulo intenta aclarar esa cuestión. No tanto a revelar la identidad secreta de Peter, sino retratar al propio Peter, así como a sus tres acompañantes. Asistimos a una charla en la que los cuatro protagonistas muestran su forma de ver el mundo, el que les rodea y el suyo propio.
Conociendo ya a MJ y Peter, resulta muy interesante descubrir cómo son Gwen y Harry en esta realidad alternativa. El guionista, que los posiciona como potenciales aliados de la pareja protagonista, presenta a una pareja muy decidida y sobrada de confianza. Harry adopta esa pose taimada que siempre caracterizada a Norman, mientras que Gwen aparca la dulzura juvenil que la retrataba en su malograda versión original por una actitud más descarada y belicosa, subrayando su posición como mujer de negocios, pero sin renunciar al idealismo que siempre tuvo.
Hickman acierta de pleno en esta actualización/reinvención del mundo de Spiderman. Y ni siquiera necesita que aparezca el héroe.
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